"La unidad, en su respuesta, consiguió deshacerse de la emboscada neutralizando a varios de los atacantes. Durante los combates, trece militares fueron lamentablemente heridos de muerte y otros ocho resultaron heridos", señaló en un comunicado difundido hoy la Dirección de Comunicación y Relaciones Públicas del Ejército burkinés.
El ataque se produjo a unos veinte kilómetros al este de la localidad de Natiaboani, la segunda ciudad más grande de la provincia de Gourma y un enclave comercial en la zona.
"La operación de apoyo aéreo permitió proteger la zona para permitir seguir con la operación militar", añadió el comunicado.
Aunque se desconoce, de momento, la autoría de este ataque, Burkina Faso sufre con frecuencia atentados yihadistas desde abril de 2015, realizados por grupos ligados tanto a Al Qaeda como al Estado Islámico.
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La región más golpeada por la inseguridad es la de Sahel (norte), que comparte frontera con Mali y Níger, aunque el yihadismo también se ha expandido a otras áreas vecinas, y, desde 2018, a la región Este del país.
El pasado noviembre, un ataque contra un puesto de la Gendarmería causo 53 muertos (49 gendarmes y 4 civiles), lo que generó un gran descontento social que se tradujo en fuertes protestas para exigir la dimisión del presidente burkinés, Roch Marc Christian Kaboré.
Unos meses después, el pasado 24 de enero, los militares tomaron el poder a través de un golpe de Estado -el cuarto en la región de África occidental desde agosto de 2020- y depusieron al presidente.
La inseguridad ha ocasionado que el número de desplazados internos en Burkina Faso ascienda ya a 1,7 millones de personas, según los datos del Gobierno.
El pasado enero, Burkina Faso sufrió el segundo mayor aumento de desplazados desde 2019, con más de 160.000 nuevos registrados, según advirtieron en un comunicado conjunto el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), Acción contra el Hambre, Médicos del Mundo y Oxfam.
