Este plan para avanzar el diálogo y la paz en Birmania (Myanmar) fue consensuado el 24 de abril de 2021 por el jefe de la junta militar, Min Aung Hlaing, en una reunión en Yakarta con otros dirigentes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
El propio Min Aung Hlaing, que tomó el poder el 1 de febrero del año pasado en un golpe de Estado, se retractó poco después al afirmar que iba a priorizar restituir "la paz y el orden" en su país y se refirió a los cinco puntos del plan como "sugerencias".
Los puntos del plan incluyen el cese de la violencia por parte del Ejército y otros grupos armados, el diálogo entre los bandos, la mediación de un enviado de la ASEAN, asistencia humanitaria por parte del bloque regional y la visita al país del enviado para facilitar el diálogo.
Sin embargo, las fuerzas de seguridad birmanas continúan con una represión brutal de la oposición civil, con un total de 1.700 muertos y más de 10.000 detenidos desde el golpe, al tiempo que han exacerbado el conflicto armado con las guerrillas étnicas y nuevos grupos civiles armados.
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CRÍMENES DE GUERRA Y LESA HUMANIDAD
Según el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, el Ejército birmano ha cometido crímenes de guerra y de lesa humanidad, incluidos detenciones arbitrarias, tortura, muerte de civiles, quema de aldeas y ejecuciones extrajudiciales.
En los últimos días, numerosas organizaciones como Human Rights Watch (HRW), Amnistía Internacional (AI) y cientos de ONG de Birmania (Myanmar) y otros países del Sudeste Asiático han hecho un llamamiento a la ASEAN para que acepte el fracaso del plan de Yakarta y piden más dureza contra los generales birmanos.
"El comandante en jefe, Min Aung Hlaing, ha fallado totalmente en implementar cualquiera de los cinco puntos de consenso", indica la ONG Parlamentarios de ASEAN por los Derechos Humanos (APHR, en sus siglas en inglés) en una carta abierta dirigida este domingo a los dirigentes de la ASEAN.
Miembros de este bloque incluyen a Camboya, Brunéi, Indonesia, Laos, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam, así como Birmania (Myanmar), que ha quedado relegada desde el golpe.
APHR propone que la ASEAN suspenda a Birmania como miembro del bloque e imponga prohibiciones de viaje y sanciones selectivas contra Min Aung Hlaing y otros líderes del golpe, tal y como han hecho otros países y la propia Unión Europea.
La ONG, formada por parlamentarios y exdiputados de la región, también sugiere que la ASEAN contacte oficialmente con el llamado Gobierno de Unidad Nacional birmano, que incluye a políticos y activistas prodemocráticos, y a los grupos rebeldes étnicos.
Otras propuestas incluyen crear una figura de enviado de la ASEAN más independiente, dirigir ayuda humanitaria a las asociaciones civiles birmanas y facilitar la llegada de refugiados a países vecinos como Tailandia.
Se estima que unas 50.000 personas han huido de Birmania desde el golpe militar y muchas encuentran dificultades para cruzar la frontera e incluso han sido rechazadas por países de destino como Tailandia.
HRW criticó en un comunicado que la ASEAN, Estados Unidos, Reino Unido, Australia y la Unión Europea se escuden en el consenso de 5 puntos para evitar tomar acciones decisivas.
"La junta birmana ha pasado el pasado año cometiendo atrocidades con una total indiferencia por sus compromisos con la ASEAN", señaló Elaine Pearson, directora de HRW en Asia.
HRW sostuvo que el incumplimiento del acuerdo por parte de la junta ha creado fisuras en la ASEAN, con algunos países críticos como Malasia, Indonesia y Singapur, y otros más conciliatorios con los militares birmanos como Camboya.
Aunque los dirigentes birmanos están siendo excluidos de las cumbres de la ASEAN, la ONG de derechos humanos pidió al bloque más contundencia como el apoyo a un embargo de armas y denunciar los crímenes de la junta ante la justicia internacional, entre otras propuestas.
COMPARACIÓN CON UCRANIA
Muchos birmanos han criticado el agravio comparativo por el apoyo mostrado por la comunidad internacional con Ucrania y los refugiados de este país tras la invasión rusa, frente al limitado respaldo al pueblo birmano.
Incluso en Asia, Japón y Singapur llegaron a aprobar sanciones contra Moscú, pero se resisten a hacer lo mismo con la junta birmana.
"... la guerra, el conflicto y los refugiados se miran según el 'tono de la piel'. La guerra 'es normal' en países como Birmania que no merecen la misma simpatía, urgencia y apoyo que Ucrania", lamentó Thet, un internauta birmano, en Twitter.
