Las elecciones, a la que los australianos están obligados a votar por ley, discurren a media jornada con absoluta normalidad.
El actual mandatario, Scott Morrison, en el poder desde 2018 y al frente de la coalición conservadora liberal-nacional, acudió a su colegio electoral asignado, en Sídney, junto a su mujer y sus dos hijas menores para depositar su voto.
Morrison, cuyo desgaste en el poder se ha traducido en una pérdida de imagen como líder político y por ello llega a este día por debajo en los sondeos, declaró a los medios que estos comicios "nunca han sido" sobre su figura.
También fue madrugador el líder del Partido Laborista, Anthony Albanese, quien parte con una ligera ventaja según las encuestas de intención de voto, al ir junto a su pareja e hijo a votar en su distrito electoral en el centro de Sídney.
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El candidato opositor conversó con algunos votantes a las puertas del centro y evitó declarar entre risas por quién han votado, al remarcar que se "siente bien" por ejercer su derecho a elegir.
La pérdida de popularidad de Morrison, el primer mandatario en completar un término completo desde 2007, y la aparente falta de carisma de Albanese han creado una desgana entre los votantes que podrían optar por candidatos alternativos y, según las encuestas, derivar en un gobierno en minoría.
Ante este previsible escenario serán claves los partidos minoritarios, como la formación Verde, y candidatos independientes para formar Ejecutivo.
El voto es obligatorio para los australianos en unas elecciones donde se elegirán a los 151 representantes de la Cámara Baja, donde se forma el gobierno, y 40 de los 76 senadores.
Más de 5,5 millones de personas ya han emitido su voto de manera anticipada, mientras que otros 2,7 millones han solicitado el voto postal, ya que en caso de no votar las autoridades imponen una multa de 20 dólares australianos (14 dólares estadounidenses o 13,30 euros).
Australia, que tiene tres diferentes zonas horarias debido a la enorme extensión de esta isla-continente, concluirá la jornada electoral a las 18:00 hora del estado de Australia Occidental (10:00 GMT).
La campaña electoral ha girado principalmente sobre aspectos económicos y al alza del coste de vida, a raíz de la inflación del 5,1 % -la más alta en décadas-, además de el cambio climático y política exterior.
Se espera que los resultados se conozcan esta misma noche, aunque no se descarta que se demoren si la contienda es muy apretada.
