El Tribunal Judicial de París impuso cinco penas de entre tres y seis meses de cárcel exentos de cumplimiento a otras tantas personas que solo tendrán que estar entre rejas en caso de reincidencia.
A la sexta, una mujer que tenía antecedentes penales y que amenazó de muerte a la víctima, llamada Mila, le cayó la sanción más dura: cuatro meses de prisión firme.
Todos ellos tendrán que pagarle también 3.000 euros en concepto de indemnización por el perjuicio moral que le causaron y no podrán presentarse a una elección durante un año.
Richard Malka, el abogado de Mila, que tiene ahora 18 años y vive bajo protección policial desde la primera polémica en enero de 2020, explicó que la adolescente se convirtió en "un chivo expiatorio".
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Ante la prensa, Malka consideró "necesaria" la condena de estas personas porque así queda claro que unas pocas palabras de "odio y de violencia" en redes sociales pueden tener "graves consecuencias" para sus autores. También para que se sepa que en Francia blasfemar es un derecho.
Este proceso es consecuencia de las reacciones a un vídeo que Mila colgó en la web después de una conversación en línea con una amiga, lesbiana como ella, en enero de 2020, que había provocado una avalancha de más de 100.000 mensajes con insultos y amenazas en su contra.
En la primera conversación, en las que las dos amigas hablaban de su gusto por las chicas, se inmiscuyó un joven que empezó a insultarlas. La discusión subió de tono y derivó hacia la religión.
Mila empezó a decir que "el Corán es una religión de odio, el islam es una mierda (...) Vuestra religión es una mierda. A vuestro Dios, yo le meto un dedo por el agujero del culo".
En el segundo vídeo, unos meses después, continuó con sus diatribas de carácter religioso en dirección de los que despotricaban contra ella y la insultaban: "Vigilad a vuestro colega Alá, por favor. Porque no le he sacado los dedos del agujero del culo".