Los artistas se manifestaron en la ciudad nororiental de Peshawar para pedir a las autoridades la emisión de permisos especiales para que los músicos afganos puedan permanecer en Pakistán por motivos humanitarios, ya que su regreso a Afganistán podría poner sus vidas en peligro.
"No podéis arrojarlos a los lobos", rezaba uno de los carteles que portaba un manifestante durante la protesta.
Las autoridades arrestaron el pasado viernes a cuatro músicos afganos, entre ellos dos cantantes, "porque no tenían ningún documento legal para permanecer en Pakistán", apuntó a Efe el oficial de policía en la comisaría de Tehkal, en Peshawar, Gul Khan.
Khan precisó que los artistas afganos fueron arrestados bajo la cláusula 14 de la Ley de Extranjería, que tipifica que "cualquier persona que ingrese ilegalmente en Pakistán a sabiendas será culpable de un delito en virtud de esta ley y será castigada con hasta diez años de prisión".
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Esta ley también especifica que los residentes ilegales pueden ser deportados con el consentimiento del gobierno federal, por lo que ahora la decisión está en manos de los tribunales.
Los cantantes Naveed Hassan y Syed Ullah Wafa, y los instrumentistas Ajmal y Nadeem Shah llegaron a Pakistán en busca de refugio después de que los talibanes tomaron el poder, el 15 de agosto de 2021, explicó a Efe Rashid Ahmad, presidente de una organización literaria y cultural en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, de la que Pershawar es capital.
"La policía allanó el lugar donde pasaban la noche y los detuvo sin ninguna orden de arresto", indicó Ahmad, quien además considera que si las autoridades paquistaníes deciden entregarlos a los talibanes "será un acto inhumano" y planearán una marcha a Islamabad para pedir su liberación.
"Nuestra principal demanda es que no sean deportados a Afganistán en la situación actual, ya que millones de otros refugiados afganos también viven aquí", sentenció el presidente.
Tras la caída de Kabul en manos de los talibanes, muchos afganos huyeron a Pakistán, entre ellos músicos que temían la violencia y la persecución de los fundamentalistas que prohibieron la música durante su anterior gobierno en Afganistán, de 1996 a 2001.
