“Podemos confirmar que 22 personas murieron y cincuenta resultaron heridas en el ataque en la iglesia católica de Saint Francis, en la localidad de Owo”, declaró a Efe el jefe de operaciones de la NEMA en el estado de Ondo (donde se encuentra Owo), Olanrenwaju Kadiri.
Los heridos están recibiendo tratamientos médicos en el hospital y algunos de ellos se encuentran en estado crítico, añadió Kadiri.
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Hombres armados no identificados, disfrazados de miembros de la congregación, dispararon y usaron explosivos en el ataque a la iglesia, según la Policía.
“Los pistoleros, a partir de las investigaciones preliminares, invadieron la iglesia con armas y materiales sospechosos de ser explosivos”, explicó en un comunicado Olumuyiwa Adejobi, portavoz de la Policía.
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Explosivos contra iglesia católica
“Los investigadores policiales que formaban parte de los primeros en responder en la escena recuperaron casquillos de munición de (fusiles) AK-47 gastados, mientras que los Dispositivos de Artefactos Explosivos-Químicos, Biológicos, Radiológicos y Explosivos Nucleares (EOD-CBRNE) confirmaron el uso de explosivos”, añadió Adejobi.
Según medios locales, gran parte de la víctimas fueron niños y mujeres.
Las nuevas cifras de víctimas se divulgaron un día después de que el presidente nacional del Consejo de Laicos Católicos de Nigeria, Henry Yunkwap, asegurara en un comunicado que hubo más de cincuenta fallecidos en el ataque.
Sin embargo, las autoridades no habían divulgado abiertamente un número concreto de fallecidos y heridos.
Condenaron la masacre
Yunkwap condenó el incidente como un “acto bárbaro” llevado a cabo por “animales en forma humana”.
El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, y el gobernador de Ondo, Oluwarotimi Odunayo Akeredolu, también condenaron la masacre.
“Pase lo que pase, este país nunca se rendirá ante la gente malvada, y la oscuridad nunca vencerá a la luz. Nigeria eventualmente ganará”, señaló Buhari.
Asimismo, el papa Francisco lamentó este lunes el ataque y rezó por la “conversión de los que están cegados por el odio y la violencia”, según anunció el Vaticano.
Sanguinario ataque
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, se sumó a los mensajes de rechazo del sanguinario ataque, al describirlo como un acto “despreciable”.
El ataque tuvo lugar después de que al menos 31 personas murieran el pasado 28 de mayo por una estampida ocurrida en un acto organizado por una iglesia en la ciudad de Port Harcourt, en el sur de Nigeria.
Nigeria sufre ataques incesantes de bandidos y secuestros masivos por lucrativos rescates, pero estos suelen producirse en el centro y noroeste del país, lo que convierte en inusual la matanza de la iglesia en el suroeste del país.
A esta inseguridad se suma la amenaza yihadista que asuela desde 2009 el noreste del país, causada por el grupo Boko Haram y, desde 2015, por su facción ISWAP (Estado Islámico en la Provincia de África Occidental).
