"El diálogo es el camino que abre para Kosovo la perspectiva europea", resaltó Scholz en Pristina tras reunirse con el primer ministro kosovar, Albin Kurti, informó el portal kosovar KOHA.
Insistió en "un acuerdo político entre los dos países es una condición importante para la perspectiva de los jóvenes en Kosovo".
Para el jefe del Gobierno germano es indispensable el acercamiento de "ambas partes" mediante un proceso "pragmático".
Al considerar "inconcebible que dos países que no se reconocen pasen a formar parte de la UE", dio a entender que al final de ese proceso Belgrado debería reconocer la soberanía kosovar.
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El difícil y lento diálogo entre Serbia y su antigua provincia de Kosovo se lleva a cabo desde 2011 bajo el auspicio de la UE para llegar a un acuerdo íntegro y vinculante, que es una condición crucial para el acercamiento de los dos países al club comunitario.
Ambas partes se acusan mutuamente de obstaculizar y ralentizar el proceso para normalizar sus relaciones.
La independencia de Kosovo proclamada de forma unilateral en 2008 es reconocida por la mayoría de los miembros de la UE y otras potencias occidentales, pero no por Serbia, ni por los socios comunitarios España, Grecia, Chipre, Rumanía y Eslovaquia, como tampoco por grandes países como Rusia, China o India.
Con respecto a la invasión rusa de Ucrania, el canciller alemán calificó a Kosovo como "socio fiable" por su respuesta al conflicto.
A diferencia de Serbia, que rechaza sancionar a Moscú, Pristina condenó la agresión rusa y se ha sumado a las sanciones occidentales contra el Kremlin.
La UE, que estudia la petición de Ucrania a ser país candidato a la integración en el club comunitario, quiere acelerar el proceso de integración de los Balcanes Occidentales.
Scholz avanzó que planea organizar el próximo otoño una nueva conferencia en el llamado "Proceso de Berlín", lanzado en 2014 para impulsar la cooperación entre esos países.
Por su parte, Kurti destacó que Kosovo se prepara para solicitar a finales de año el estatus de candidato a la UE, y pidió para ello el apoyo de Alemania.
También reiteró el deseo de su país de convertirse en miembro del programa de la OTAN Asociación para la Paz.
Pidió asimismo la permanencia de la fuerza KFOR de la OTAN, que vigila la paz y la seguridad en el territorio kosovar.
Con su visita a Pristina, el canciller alemán ha iniciado una gira de dos días en los Balcanes que le llevará esta tarde a Belgrado y mañana a Macedonia del Norte y a Bulgaria.