En su lugar, Camboya, país que ostenta este año la presidencia rotatoria de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), propone que el país sea representado por un actor no político, sin concretar más detalles, recoge este viernes un comunicado oficial.
El bloque, del que Birmania forma parte, ha mostrado su disgusto ante la falta de progreso en implementar los cinco puntos de consenso alcanzados en abril de 2021 entre los mandatarios del Sudeste Asiático y el líder de la junta militar, Min Aung Hlaing.
Entre ellos destaca el fin de la violencia contra los civiles e iniciar un diálogo entre todas las partes implicadas en el conflicto abierto tras el golpe de Estado de febrero de 2021.
El año pasado, durante la presidencia rotatoria de Brunéi, la ASEAN también vetó la asistencia del ministro birmano de Exteriores, Wunna Maung Lwin, y el autoproclamado primer ministro interino, Min Aung Hlaing.
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El ministro camboyano, que también ocupa este año el cargo de enviado especial de la ASEAN para Birmania, brindó anoche en una rueda de prensa los detalles de su reciente visita a Birmania, entre el 30 de junio y el 2 de julio.
Durante este viaje oficial, Sokhonn se reunió con Min Aung Hlaing y otros representantes del régimen castrense, así como líderes de guerrillas étnicas que mantienen un acuerdo de paz con los militares y partidos políticos vinculados a la influencia castrense.
El representante de Nom Pen no pudo reunirse con miembros de la Liga Nacional para la Democracia, la formación política derrocada en la sublevación, ni con su líder Aung San Suu Kyi, la premio Nobel de la Paz detenida en una prisión de Naipyidó, durante su segundo viaje desde que obtuviera el cargo de representante del bloque.
"Camboya, como muchos observadores de la crisis en Birmania, mantiene que Suu Kyi es un actor importante para avanzar hacia un diálogo inclusivo y promocionar el principio de no violencia", resaltó Sokhonn, quien previamente pidió el traslado de la política al régimen de arresto domiciliario impuesto desde la asonada.
El ministro camboyano reconoció ante los medios los pocos avances realizados con el objetivo de que el país salga de la espiral de violencia en la que se encuentra sumido desde el golpe de Estado militar, aunque se mostró abierto a seguir "conversando" con la junta castrense.
Al menos 2.069 civiles han sido asesinados en Birmania desde el golpe a raíz de la brutal represión desatada por la Policía y el Ejército contra las manifestaciones pacíficas en oposición al régimen militar, según los datos de la Asociación para la Asistencia para Presos Políticos.