"El impulso para un desarme nuclear está sufriendo, por lo que Japón trabajará con decisión por un mundo sin armas nucleares. No importa lo difícil que sea", dijo el mandatario nipón durante el acto en conmemoración de las víctimas del bombardeo nuclear a esta ciudad en el 77 aniversario del ataque.
El evento se celebró frente a la Estatua de la Paz, situada cerca del hipocentro de la explosión, y comenzó con cánticos, así como la ofrenda de flores y agua en memoria de las víctimas.
El primer ministro nipón también hizo énfasis en la importancia del Tratado sobre la No Proliferación (TNP), que entró en vigor en 1970, en plena Guerra Fría, y prohíbe la posesión de armas nucleares a cualquier país que no forme parte del grupo de potencias formado por Estados Unidos, Reino Unido, China, Francia y Rusia (entonces la Unión Soviética).
"Durante la conferencia de revisión de este tratado, abogué por su fortalecimiento. Incluso ahora, en un momento difícil de seguridad, debemos asegurarnos de que no se usen armas nucleares y que Nagasaki sea la última ciudad en ser bombardeada con una bomba atómica", dijo Kishida.
El alcalde de Nagasaki, Tomihisa Taue, también aprovechó el evento para expresar su preocupación por la invasión rusa de Ucrania y el peligro de que esto desencadene un nuevo ataque nuclear.
"Esta situación le ha mostrado al mundo que el uso de armas nucleares no es un miedo infundado, sino una crisis tangible y presente. Nos ha hecho enfrentar la realidad de que, mientras haya armas nucleares, la humanidad está en riesgo", afirmó Taue.
El alcalde también pidió al Gobierno japonés que ratifique el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, que entró en vigor en 2021, y que obligaría al país asiático a abandonar la protección nuclear brindada por parte de Estados Unidos.
Este tratado contiene prohibiciones en el desarrollo, producción, posesión, uso o amenaza de uso de las armas nucleares, además de disposiciones para la asistencia de víctimas y remedio ambiental, y busca mandar un mensaje más claro y contundente que el TNP, del que Japón sí forma parte.
El 9 de agosto, la bomba Fat Man fue arrojada sobre Nagasaki y explotó a las 11:02 a unos 470 metros de altura, con una detonación equivalente a 21 kilotones de TNT, dejando más del 40 % de la ciudad destruida.