Peloton, que se ha descalabrado en bolsa en los últimos meses, informó a sus empleados en una nota interna de que necesita hacer cambios para lograr liquidez, comenzando por "redimensionar" su inventario y convertir muchos de sus costos fijos en variables, recoge CNBC.
Ese medio cifra los despidos en 780, que formarían parte de un plan de reestructuración de 800 millones de dólares que incluye el recorte de 2.800 empleos, un 20 % de la plantilla, anunciado a principios de año por el nuevo ejecutivo de la empresa, Barry McCarthy.
Respecto a las tiendas, dijo que hará "una reducción importante y agresiva" de su presencia en el espacio minorista en Norteamérica e informará más adelante sobre cuántas de sus 86 localizaciones cerrará.
La firma, que vende bicicletas estáticas y cintas de correr junto a suscripciones a clases de ejercicio que se ven en una pantalla incorporada en las máquinas, vio cómo su negocio se disparaba al inicios de la pandemia, cuando los gimnasios del país se vieron obligados a cerrar.
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En esa época, muchos estadounidenses que habían dejado de gastar en otras cosas como consecuencia de los confinamientos se decidieron a pagar los alrededor de 2.000 dólares que entonces costaban los principales productos de Peloton.
No obstante, a medida que la actividad se ha normalizado y su demanda ha caído, pasó de tener unos 50.000 millones de dólares de capitalización en su mejor momento a unos 4.000 en la actualidad, con una pérdida de valor bursátil del 88 % en el último año.
La empresa publicará sus resultados del año completo más adelante este mes, pero en su último informe trimestral reportó un aumento exponencial de sus pérdidas, de unos 9 millones de dólares a casi 758 millones, así como una reducción de sus ingresos.
Los inversores, en cambio, acogieron con optimismo la noticia de este viernes y Peloton se disparaba un 12 % en Wall Street a media sesión.