"En Angola ha habido un aumento de una brutal represión contra los derechos humanos, incluida la persecución de cualquier forma de disidencia", lamentó el director para el sur y el este de África de AI, Deprose Muchena, en un comunicado.
Esta represión de las autoridades, añadió AI, ha crecido a medida que la situación humanitaria del país continúa empeorando, sobre todo en el sur, una región asolada por una intensa sequía.
Desde 2020, las fuerzas de seguridad angoleñas han matado a decenas de civiles y protestantes pacíficos en varias manifestaciones contra el encarecimiento de la vida en el país, el desempleo rampante o el hambre provocada por la ausencia de lluvias, según señaló esta organización pro derechos humanos.
Entre los fallecidos a manos de las fuerzas de seguridad se encontraban siete niños y jóvenes que murieron en 2020, en el punto álgido de la pandemia de coronavirus, por la represión de las instituciones responsables de implementar restricciones sanitarias.
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Además, AI denunció el arresto de varios manifestantes y activistas, como el de uno de los líderes del Movimiento del Protectorado Lunda Tchokwe, José Mateus Zecamutchima, que aboga por la autonomía de la mitad oriental de Angola.
"Acusado de 'asociación con malhechores y rebelión armada' y de 'liderar una rebelión para derrocar al Gobierno', Mateus fue sometido a un juicio injusto y castigado con la cárcel. A menudo se le ha negado el contacto con su abogado y sus familiares", dijo AI.
"Mientras el país se dirige a las urnas, las autoridades deben esbozar sus planes para respetar los derechos humanos, garantizar la rendición de cuentas por innumerables violaciones de derechos humanos, y el acceso a la justicia para las víctimas", exigió Muchena.
Las elecciones del próximo 24 de agosto enfrentarán al actual presidente, João Lourenço, del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), contra su principal adversario, Adalberto da Costa Júnior, de la opositora Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA).
El MPLA, de orientación marxista y nacionalista, y la UNITA, apoyada por la Sudáfrica del sistema segregacionista del apartheid, libraron una guerra civil desde la independencia de Angola, en 1975, hasta 2002.
El país es, en la actualidad, el segundo productor de petróleo del continente.
Sin embargo, el 40 % de la población angoleña vivía con menos de 21 dólares mensuales en 2020, según indicó el instituto nacional de estadísticas angoleño.