“La operación militar especial se desarrolla tal y como fue planeada y se cumplirán todos los objetivos”, declaró el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, en una reunión en Taskent con sus homólogos del Organización de Cooperación de Shanghái (OCS).
Recalcó que Rusia ataca con armas de alta precisión infraestructuras militar y la industria de defensa de Ucrania y "hace todo por evitar víctimas entre la población civil".
"Indudablemente, esto ralentiza el ritmo de la ofensiva, pero lo hacemos conscientemente", dijo Shoigú a sus colegas de la OCS, integrada por China, India, Kazajistán, Kirguistán, Pakistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán.
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Al mismo tiempo, acusó a las "formaciones armadas ucranianas" de emplear la "táctica de tierra quemada, de violar groseramente las normas internacionales y actuar como terroristas".
Reiteró que la necesidad de defender a la población rusohablante del Donbás, el este de Ucrania, fue la causa que llevó a Rusia al lanzar la campaña militar.
Shoigú denunció que el conflicto en Ucrania se convirtió para Estados Unidos y sus aliados en un pretexto más para desatar una guerra económica e informativa contra Rusia que persigue desgastarla estratégicamente.
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“El objetivo declarado de EE.UU. y sus cómplices es el desgaste estratégico de Rusia para eliminar la competencia y advertir a otros Estados que desarrollan una política independiente”, recalcó.
El ministro ruso señaló que Washington "eligió a Ucrania como instrumento de guerra híbrida contra Rusia".
“EE.UU. y sus aliados continúan atiborrando de armas a Ucrania, lo que incrementa el número de víctimas alarga el conflicto”, puntualizó.
