"Esta revolución tendrá éxito y logrará trazar el mapa de un nuevo Irak libre de partidos de corrupción y de dependencia", dijo Mohanad Al Musawi, uno de los asesores de Al Sadr, en el sermón del viernes frente a miles de seguidores sentados en el suelo, muchos de ellos con sus paraguas para protegerse del abrasador sol de Bagdad.
Al Musawi reiteró que su movimiento rechaza los llamamientos a la negociación con el gobierno interino o con el resto de partidos políticos iraquíes para encontrar una salida a la parálisis política que atraviesa el país desde las elecciones de octubre pasado.
"El objetivo (de la revolución) es sacar a los corruptos y no aceptar ninguna negociación", agregó.
Asimismo, instó a las fuerzas de seguridad y a las tribus iraquíes a unirse y a cooperar con su movimiento, ya que "aquellos que callan sobre sus derechos y los derechos de los demás solo cosecharán humillación, vida sin dignidad y atraso".
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Irak vive una parálisis política desde que los comicios parlamentarios del pasado octubre dieran la victoria al Bloque Sadrista, pero con apenas 73 escaños en una Cámara de 329.
El movimiento de Al Sadr forjó una alianza con otras fuerzas parlamentarias para elegir a un presidente y a un primer ministro que se encargara de formar Gobierno.
Sin embargo, no pudieron llegar a votar por ellos ante el bloqueo de sus rivales del denominado Marco de Coordinación, una alianza de partidos chiíes (rama del islam mayoritaria en Irak) cercanos a Irán.
Los legisladores sadristas dimitieron en bloque en junio, pero ante la inminencia de elección de un presidente y un primer ministro propuestos por los chiíes, los seguidores del clérigo ocuparon el Parlamento el pasado 30 de julio, si bien una semana después se retiraron de su interior y acamparon en el exterior para exigir la disolución de la Cámara y nuevas elecciones.
Además de la sentada frente a la cámara, los sadristas se congregaron el pasado martes durante varias horas frente al Consejo Supremo de Justicia (CSJ) para presionar al Tribunal Federal Supremo (TFS) a disolver el legislativo.
El CSJ y el TFS, que suspendieron temporalmente sus labores en protesta de la sentada sadrista, han fijado el próximo día 30 para pronunciarse sobre la disolución del Parlamento, si bien varios expertos en la Constitución iraquí afirman que esa medida solo la puede decidir la propia cámara y no el Poder Judicial.
