Al menos una docena de fotógrafos, cámaras y periodistas rodeaban también el espacio en el que se encuentra la escultura junto al puente del Alma, que es habitual punto de peregrinación para quienes quieren recordar a Lady Di en la ciudad donde se produjo su trágico fin.
Un hombre que se encontraba mirando las flores, las fotos y otros recuerdos junto a la escultura explicó a Efe que había venido "para ver si había mucha gente (...). Por curiosidad".
"El recuerdo -hizo notar- sigue vivo 25 años después de su muerte. Lo que más me divierte es que la llama, el monumento, no está por ella. Es la llama de la Estatua de la Libertad regalada por un periódico estadounidense al Ayuntamiento de París. Pero bueno, está aquí y sirve de culto para Lady Diana".
Otra mujer, originaria de la isla de Martinica, en el Caribe francés, indicó que había acudido a este lugar porque sentía que "tenía que rendir homenaje a Diana porque es mi princesa favorita".
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Recordó que cuando se produjo el accidente mortal de la princesa de Gales ella se encontraba en Martinica de vacaciones y "fue un choque. Todo se paró. (...) Nos acabábamos de levantar cuando nos enteramos. Nos preparábamos para ir a la playa y todo se detuvo, todo el programa se detuvo y nos pusimos delante de la televisión para saber qué había pasado".
"Hoy -añadió- sigo estando igual de emocionada. Lo tengo clavado en el corazón. Esta mañana me he dicho que tenía que venir. Era mi princesa favorita. Tenía que estar aquí. Sigue siendo muy emocionante".
