El tribunal alegó que "no había duda" de que Ben-Uliel perpetró el "impactante" ataque contra la casa en la aldea de Duma, donde vivía la familia palestina Dawabshe. Murieron el padre, la madre y uno de sus hijos, de 18 meses, en un crimen que causó dolor e indignación entre la población palestina. Solo sobrevivió el hijo mayor de la pareja, Ahmed, que tenía unos cuatro años en aquel momento.
La corte decidió no revisar la condena a Ben-Uliel, sentenciado en 2020 a tres cadenas perpetuas. Según agregó en su fallo emitido hoy, "ninguna palabra reflejará la magnitud del horror" de aquel crimen.
Sin embargo, los jueces criticaron y expresaron su malestar por "las medidas especiales" con la que las fuerzas de seguridad israelíes obtuvieron la confesión de Ben-Uliel y su cómplice en el ataque -un adolescente en aquel momento-, que denunciaron haber sido torturados durante los interrogatorios.
Ben-Uliel creció en una familia de colonos en un asentamiento judío de Cisjordania. No se le consideró parte de ninguna "organización terrorista", pero la Justicia israelí calificó el crimen como "un acto de terrorismo".
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