"No vamos a marchar juntos. Pero tampoco cederemos ese espacio de protestas a la ultraderecha", afirmó la líder de La Izquierda, Janine Wissler, en declaraciones a la radio pública Deutschlandfunk, ante la primera de esas movilizaciones, que tendrá lugar esta tarde en Leipzig (este de Alemania).
Wissler argumentó, asimismo, que la "tradición" de las marchas cívicas de los lunes no es exclusiva de la llamada "revolución pacífica" contra el régimen de la Alemania comunista, sino que también se generaron contra los recortes sociales, en 2004.
Las marchas convocadas por La Izquierda discurrirán en Leipzig, donde se originaron las marchas contra la extinta República Democrática Alemana (RDA), al grito de "Wir sind das Volk" -"Nosotros somos el pueblo", que precedieron a la caída del Muro de Berlín, en 1989.
En paralelo se han anunciado manifestaciones en esa misma ciudad de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y otros grupúsculos marginales neonazis, así como de los "Querdenker" o movimiento trasversal nacido del descontento por las restricciones ante la pandemia.
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La Izquierda, partido en lucha por su supervivencia política tras haber caído en las elecciones generales de 2021 a un 4,9 %, espera aglutinar a unos 4.000 seguidores.
La AfD, debilitada por sucesivas pugnas entre su ala más radical y los llamados moderados, aspira asimismo a movilizar a miles ciudadanos en medio de la alarma social causada por la inflación y la crisis energética.
Esta formación ultraderechista está en la órbita de otros partidos europeos radicales considerados "afines" al presidente ruso, Vladímir Putin.
Sus marchas de los lunes siguen a las que hace unos años convocó del movimiento islamófobo "Pegida", que llegaron a congregar a decenas de miles de personas cada semana en Dresde, ciudad del "Land" de Sajonia, como Leipzig.
También entonces, este movimiento hizo suya la proclama del "Wir sind das Volk", pese a las protestas de grupos de izquierda y antigua disidencia germano-oriental.