Los precios subieron en Japón un 2,8 % en agosto, niveles de octubre de 2014

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Tokio, 20 sep (EFE).- El índice de precios al consumo (IPC) en Japón subió un 2,8 % en agosto, su mayor incremento desde hace casi ocho años, en el actual contexto de alza inflacionista global por el encarecimiento de la energía y de las materias primas.

El dato publicado este martes por el Ministerio del Interior y Comunicaciones japonés supone el duodécimo mes consecutivo de incremento del indicador y el mayor alza de precios en el país desde octubre de 2014, cuando la subida del IPC fue del 2,9 % y estuvo motivada por un incremento del IVA de tres puntos porcentuales.

El incremento de agosto viene precedido por una subida del IPC del 2,4 % de julio y otra del 2,2 % en junio, y supone el quinto mes consecutivo en el que el aumento de la inflación se sitúa por encima del objetivo del 2 % planteado por el Banco de Japón (BoJ).

Con respecto al mes anterior, el índice, que excluye los precios de los alimentos frescos por su alta volatilidad, aumentó un 0,3 %.

El encarecimiento energético volvió a ser el principal impulsor de la subida de precios en el octavo mes de 2022, con una subida del 16,9 % interanual.

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En concreto, el precio de la electricidad aumentó el mes pasado un 21,5 % con respecto al año previo, el del gas se incrementó un 20,1 % y el de otros combustibles se encareció un 18 %.

El BoJ acometió en su último informe trimestral de previsiones económicas de julio una revisión de cuatro décimas al alza de su estimación de la subida de precios para el actual ejercicio fiscal nipón (que concluye el 31 de marzo de 2023), situándola en el 2,3 %.

El banco central japonés está poniendo especial énfasis en la importancia que la inflación subyacente tiene a la hora de indicar cuál es la presión inflacionaria real que está experimentando la tercera economía mundial, sobre todo la derivada de la demanda y no de factores externos como el encarecimiento de los combustibles.

La inflación subyacente, que excluye el precio de la energía y los alimentos por su volatilidad, fue del 1,6 % con respecto al mismo mes del año anterior y del 0,3 % con respecto al mes de julio.

La entidad, que iniciará mañana su reunión mensual, se resiste a alterar su estrategia monetaria ultraflexible con la que mantiene los tipos de referencia en terreno negativo, argumentando que la inflación actual no se debe a los factores estables que persigue.

Esta postura choca con el camino que están siguiendo sus homólogos en Europa y Estados Unidos, que están optando por sucesivas alzas de tipos para intentar frenar la inflación, y ha motivado una rápida devaluación del yen que está lastrando a la economía japonesa, altamente dependiente de las importaciones.