"Históricamente siempre hemos considerado a EE.UU como nuestro socio, aliado y amigo", enfatizó, en su reunión con Biden , "Bongbong" Marcos, hijo del fallecido exdictador Ferdinand Marcos (1965-1986) y que llegó a la Presidencia el pasado mayo.
Marcos Jr. consolida así el retorno a las relaciones diplomáticas fluidas entre Filipinas y EEUU tras el mandato del polémico expresidente Rodrigo Duterte, quien buscó el apoyo de China y no dudó en distanciarse de su tradicional socio, EEUU.
Duterte, quien en una visita oficial a China tras llegar al poder anunció la separación de Filipinas con EEUU, pivotando hacia Pekín en materia de política exterior, acabó su mandato reculando y suavizando su tono antiamericano, consciente del apoyo en la calle que suscita EEUU entre los filipinos.
Tanto Biden como Marcos hicieron mención al Mar de China Meridional, donde China mantiene una disputa con Filipinas por la soberanía de varias islas y atolones en unas aguas que se estima que esconden 11.000 millones de barriles de petróleo.
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Una zona en la que el acoso de milicias paramilitares chinas a los pescadores filipinos ha generado fricciones diplomáticas en los últimos meses.
"Continuamos mirando hacia EEUU para una alianza duradera y el mantenimiento de la paz en la región", añadió el presidente de Filipinas.
Marcos Jr. busca de esta manera tender puentes con EEUU sin erosionar su relación con China - país al que invitó a vivir una "época dorada" bajo su mandato durante la visita del vicepresidente chino Wang Yi a Filipinas el pasado mes de junio - en un delicado juego de equilibrio diplomático.
El mandatario filipino apura su visita de seis días en EEUU, a donde llegó el pasado domingo y que ha incluido una reunión con empresarios estadounidenses en la Bolsa de Nueva York, lugar en el que el pasado martes tocó la campana que arrancaba la sesión de Wall Street.
