"Agradezco a todos los que me pidieron un compromiso a más largo plazo, pero lo consideraría un error para ustedes y para el partido. Comencé mi militancia política de joven, fui ministro en 1998 y es correcto que se ponga en campo una clase dirigente más joven capaz de desafiar al gobierno de Giorgia Meloni, una mujer joven”, animó Letta en su intervención en la reunión de la dirección del partido que se celebró hoy.
El PD no consiguió pasar del 20 % en las elecciones, en las que se impuso Hermanos de Italia de Meloni, de 45 años, con un 26 % y no pudo mejorar apenas el 18,7% de los comicios de 2018, unos resultados que ya fueron considerados los peores de la historia del centroizquierda italiano.
Letta, llamado hace un año y medio para rescatar la formación tras la enésima dimisión de su secretario general, reconoció "el fracaso" en las elecciones. "Es claro y evidente, no tengo mucho que agregar, y representa el sentido de un partido que no ha dado el salto necesario", agregó.
El ex primer ministro, que seguirá al frente de la formación hasta la elección del nuevo en el próximo congreso, también apuntó que "no se puede dar marcha atrás respecto a la necesidad de tener portavoces mujeres en los grupos parlamentarios", antes de añadir: "Por otro lado estará la primera mujer primera ministra del país y en este punto debemos ser creíbles”.
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"Los votantes nos han dado el mandato para ser la segunda fuerza política y liderar la oposición, Somos los únicos que hemos construido una alternativa política a la derecha. Los otros celebraron elecciones sustancialmente como una alternativa a nosotros”, dijo en referencia a los centristas de Italia Viva y Acción y el Movimiento 5 Estrellas.
Letta también indicó que la elección del nuevo secretario del PD "no puede ser como un Factor X y elegir al mejor en 40 días" pero que tampoco que dure una eternidad: "Me gustaría que el nuevo equipo de gestión esté en su puesto con el comienzo de la primavera. Necesitamos comenzar en marzo con una elección significativa", añadió.
Sobre las críticas por no haber conseguido alianzas que hubieran puesto en dificultad a la coalición de derecha, que gobernará Italia, explicó que se intentó pero "la gran unidad era imposible, era la única condición para ganar, pero teníamos interlocutores que no querían ir juntos".
Y en caso de que caída el gobierno de Meloni en futuro haya más apoyos a gobiernos tecnócratas como el de Mario Draghi
Para la sucesión de Letta, el candidato que más fuerte suena es el presidente de Emilia-Romaña, Stefano Bonaccini, pero también de su adjunta, Elly Schlein, que se ha convertido en uno de los iconos de la izquierda y de los derechos LGTBQ+, así como el actual ministro de Trabajo, Andrea Orlando, o el subsecretario Peppe Provenzano.
