En particular, Bélgica prevé aplicar dos nuevas medidas, empezando por la recogida y análisis de las aguas residuales de los aviones que aterrizan en el aeropuerto de Bruselas procedentes de China, informó la agencia Belga.
Ese análisis, que se llevará a cabo dos veces por semana, deberá incluir obligatoriamente la secuenciación del genoma para detectar nuevas variantes del virus.
Por otro lado, los viajeros que regresen de China y presenten síntomas relacionados con el coronavirus, tendrán que someterse a una prueba PCR o de antígenos, que deberá ser enviada a un laboratorio con tecnología de secuenciación genómica.
Vandenbroucke abogó hoy por una política europea común que haga obligatorias las pruebas para quienes lleguen a la UE desde China.
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Consideró no obstante que una obligación de prueba para los viajeros que van solo a Bélgica no tendría mucho sentido, dado el tamaño del país y los pocos vuelos directos desde China.
"Creemos que es útil solicitar un test a la salida de China hacia Europa, solo si toda Europa se coordina", señaló hoy en rueda de prensa.
"Para que sea efectivo, será necesario reintroducir el formulario de localización de pasajeros para permitir el seguimiento de las personas que vienen de China", añadió.
