Activistas de Camerún celebran el diálogo que impulsa Canadá con separatistas

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Yaundé, 23 ene (EFE).- Activistas pro derechos humanos de Camerún celebraron este lunes el diálogo de paz que promueve Canadá y que, según ese país, han aceptado mantener el Gobierno camerunés y los rebeldes separatistas de las regiones anglófonas, en conflicto desde 2017.

"La crisis de las regiones anglófonas ha llegado a una fase en la que, para ponerle fin, es absolutamente necesario un intermediario externo. Por eso la mediación canadiense es bienvenida", señaló a EFE uno de los líderes de la ONG Asociación para la Paz y Gestión de Conflictos, Charles Sogwi.

Esta organización de la sociedad civil pidió más transparencia sobre las conversaciones de paz.

"Dada la importancia de esta crisis, Canadá debe hacer públicos los temas que se negociarán así como los actores elegidos para participar, de modo que los afectados puedan prepararse", indicó otro líder de la ONG, Abdoulaye Mounchain.

"Canadá saluda el acuerdo de las partes (del conflicto) para empezar un proceso para conseguir una resolución integral, pacífica y política del conflicto", señaló este viernes en un comunicado el Ministerio de Asuntos Exteriores canadiense.

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Según Canadá, en el diálogo de paz participarán el Gobierno camerunés y los grupos políticos e insurgentes de las regiones Noroeste y Suroeste de Camerún, incluidos el Movimiento de Liberación del Pueblo Africano, las Fuerzas de Defensa de Ambazonia y las Fuerzas de Defensa de Camerún del Sur.

"Este acuerdo para empezar un proceso formal es un primer paso fundamental hacia la paz y un futuro más seguro, inclusivo y próspero para los civiles afectados por el conflicto", según el documento.

Sin embargo, el Gobierno de Camerún aún no se han pronunciado públicamente sobre estas conversaciones.

Los grupos de las regiones Noroeste y Suroeste de Camerún -a las que los separatistas denominan Ambazonia- sí confirmaron haber llegado a un acuerdo con Yaundé para empezar este diálogo de paz, según un comunicado publicado el pasado sábado.

No obstante, anunciaron que participarán "con cautela" en el proceso debido a su desconfianza hacia el Gobierno camerunés.

Desde 2017 la región Suroeste de Camerún está inmersa en la violencia por una crisis secesionista entre grupos armados separatistas anglófonos y las fuerzas armadas del Estado.

Aunque en Camerún el inglés y el francés son idiomas cooficiales y conviven junto a otras 250 lenguas nativas, el 20 % de la población de Camerún es anglófona, una minoría que se siente marginada y asimilada por el gobierno central francófono desde hace décadas.

La actual crisis implica a las regiones Noroeste y Suroeste del país y comenzó en 2016, con manifestaciones y huelgas de profesores y abogados que exigían un uso igualitario del inglés en los tribunales y colegios y una mayor representación en el Gobierno.

En 2017 se convirtió en un conflicto armado intensificado por la negativa del Gobierno del presidente Paul Biya, en el poder desde hace 40 años, a cestudiar ningún tipo de reivindicación.

De acuerdo con los datos recogidos por Canadá, más de 6.000 personas han muerto en este conflicto y cerca de 800.000 personas han abandonado sus hogares por temor a la violencia.