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En conferencia de prensa, Orlando Díaz Rodríguez, director de Relaciones Internacionales del Minag, explicó que este número representa un "avance" y que las cuatro firmas constituidas están dirigidas a "actividades estratégicas", como la producción de carne de cerdo.
Asimismo, Díaz Rodríguez informó que para el período 2022-2023, hay una ligera ampliación a 59 oportunidades de inversión en áreas para sectores como el agroforestal con el fin de ampliar "la oferta para exportar" así como depender menos de las importaciones.
El directivo del Minag agregó que entre los principales retos para este año está aumentar la producción, aumentar la oferta interna y disminuir los precios.
De igual forma, resaltó que en Cuba hay un área de oportunidad para la inversión extranjera dentro del ramo agroalimentario -que, según sus cifras, emplea a más de 831.000 personas- y que como prueba de ello está la superficie de tierra sin cultivar que puede utilizarse.
Según los datos dados a conocer este martes, de una superficie total de 11 millones de hectáreas, 3,7 están sin cultivar, de las cuales 16,4 % son ociosas.
En Cuba, el Estado tiene un papel predominante en todo el proceso productivo; es el proveedor de insumos y el que compra las cosechas, aunque las tierras estén en manos privadas.
La isla depende de las importaciones (un 80 %) para satisfacer su consumo interno de alimentos, según datos de Naciones Unidas.
Para intentar revertir esa situación, el Gobierno aprobó en 2022 la Ley de Seguridad Alimentaria tras admitir que "la agricultura cubana no logra los niveles productivos necesarios para satisfacer la demanda de productos para los diferentes destinos".
La suma de la pandemia, las sanciones de EE.UU. y la política económica interna han llevado a la isla a una crisis multidimensional que provoca desde hace meses una fuerte escasez de productos básicos -de medicinas a combustible, pasando por alimentos-, una elevada inflación y una creciente dolarización.
jce/enb