Al menos 3.419 personas murieron en Turquía y 1.602 en Siria -en zonas controladas por el gobierno y sectores en manos de los rebeldes-, con lo que el total asciende a 5.021, dijeron funcionarios y fuentes médicas.
A veces con las manos desnudas, los socorristas continuaron la dramática búsqueda de sobrevivientes durante la noche, desafiando el frío, la lluvia o la nieve y el riesgo de nuevos derrumbes.
Las malas condiciones meteorológicas en la región de Anatolia complican las labores de rescate y ensombrecen las perspectivas de los supervivientes, que se calientan en tiendas o en hogueras improvisadas.
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