Según informó el sábado el Estado Mayor ucraniano, el ejército ruso continúa su ofensiva en cinco direcciones diferentes a lo largo de todo del frente, aunque a costa de grandes pérdidas en sus filas. Los rusos centran sus esfuerzos principalmente en la región de Donetsk, pero también en las vecinas Járkov y Dnipropetrovsk, en un intento de envolver a las tropas ucranianas desplegadas en el Donbás.
En Donetsk el objetivo ruso consiste en lograr romper las líneas enemigas en las afueras de la capital regional, especialmente en Avdiivka, defendida desde 2014 por los soldados ucranianos más forjados en combate.
Los rusos también avanzan lentamente hacia el cruce de caminos de Bajmut tras la toma de Soledar y varias localidades adyacentes. En cambio, por el momento, no han tenido éxito ni a la hora de recuperar Limán, que fue tomada por los ucranianos tras la anexión rusa de septiembre, ni al asaltar Vuhledar, más al sur.
Kupiansk es el objetivo prioritario en Járkov, de donde los rusos se tuvieron que retirar deprisa y corriendo hace casi seis meses, uno de los detonantes de la movilización parcial ordenada por el Kremlin. La confirmación de que Moscú está sufriendo grandes pérdidas en su ofensiva es que el ejército ruso ha habilitado un nuevo hospital militar en la región de Lugansk para atender al gran número de heridos que llegan del frente.
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