Estudian entrega de bosnio por crímenes de guerra, que fiscal ve prescritos

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Madrid, 19 feb (EFE).- La Audiencia Nacional española estudia el lunes la entrega a Bosnia de Aldo Alagic, reclamado por un presunto crimen de guerra cometido en 1993, durante la guerra de Bosnia y Herzegovina, en la que ejerció de guardián en el campo de concentración de Babela como miembro de la Brigada "Knez Domagoj".

La Fiscalía se opone a la extradición a la vista de que las actuaciones contra el reclamado "se han dirigido habiendo trascurrido más de 20 años", por lo que el delito por el que correspondería entregarle, homicidio en grado de tentativa, habría prescrito.

En este caso no puede aplicarse el delito de crímenes contra personas protegidas en caso de conflicto armado, análogo al de crímenes de guerra por el que se le reclama, ya que fue introducido en la legislación española en 1995, dos años después de estos hechos, cuando aún regía el Código Penal de 1973.

La vista de extradición iba a celebrarse el pasado enero, pero tuvo que suspenderse por estar hospitalizado el reclamado.

El Tribunal Cantonal de Mostar ordenó la detención y entrega de Alagic en febrero de 2019, después de que no compareciera el 23 de noviembre de 2017 a una citación por esta causa alegando motivos médicos.

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Está acusado de dejar gravemente herido a base de golpes a un preso del campo de concentración que custodiaba en el municipio de Capljina, un hombre al que supuestamente sacó del hangar donde estaba recluido con otros civiles de nacionalidad bosnia para llevarle donde estaba el reclamado, junto a otros dos individuos, quienes le ordenaron que se desnudara buscando dinero entre su ropa y golpeándole en la cabeza con el mango de una pistola.

Según la petición de entrega, el reclamado dio un puñetazo en la mandíbula de la víctima rompiéndole varios dientes, cayó al suelo y los tres individuos le dieron patadas durante varios minutos, golpeándole en la cabeza y la cara con una barra de plástico de unos 10 a 80 centímetros de largo.

Como resultado de los golpes no podía levantarse, por lo que fue arrastrado a un bosque a unos 40 metros de distancia con el fin de deshacerse de él, cogiendo el reclamado un trozo de madera mientras otro iba a por una cuerda, siempre según las autoridades bosnias.

La víctima empujó al reclamado y logró escapar llegando a la cerca de alambre del campo de concentración, por donde consiguió deslizarse y esconderse en el bosque hasta llegar a Meurgorje, a la sede del batallón español de Unprofor, en un estado de salud sumamente grave.

Según el relato, cayó inconsciente debido a los golpes y malos tratos sufridos y presenta secuelas en la actualidad a consecuencia de los mismos.