El ministro de Exteriores luso, João Gomes Cravinho, anunció la semana pasada durante una visita a Brasilia la invitación a Lula para participar en la sesión solemne que se realizará en el Parlamento el 25 de Abril, con motivo del 49 aniversario de la Revolución de los Claveles.
Pero la decisión ha causado revuelo en Portugal e incluso el presidente del Parlamento, el también socialista Augusto Santos Silva, recordó que es él quien decide el orden del día de esa sesión, tras escuchar a los líderes de los diferentes partidos.
Aunque desde la izquierda se han mostrado a favor, en la derecha critican la invitación.
El que más rechazo ha expresado es el ultraderechista Chega, que lo consideró hoy una “ofensa” y una “provocación gratuita”, y prometió “la mayor manifestación de la historia” contra la presencia de un jefe de Estado en Portugal.
“No saldremos para dejar que Lula entre”, dijo el presidente de Chega, André Ventura, que confirmó que su partido estará en el hemiciclo, pero aseguró que habrá una reacción “frontal” al discurso del jefe de Estado brasileño e incluso “violenta desde el punto de vista verbal”.
Si se cambia el día del discurso en el Parlamento, Chega -tercera fuerza- mantendrá su protesta en la calle pero prometió “serenidad” dentro de la Cámara.