La sequía más severa de los últimos 60 años golpea este año al sector agropecuario de Argentina, uno de los principales productores agropecuarios del mundo, lo que provoca fuertes mermas en el rendimiento y la disminución de la cosecha esperada de soja, trigo y maíz, así como mortandad en los sistemas ganaderos.
“La estamos pasando mal y hemos soportado las siete plagas de Egipto”, dijo la secretaria Gremial de la FAA, Cecilia Sarnari, en la asamblea, al mencionar los cuatro años de sequía, heladas, granizo, desdoblamiento cambiario, falta de políticas públicas para el sector y “soportar” al Gobierno.
Lugares de cierre
La protesta comenzó esta mañana en el cruce de la Ruta 90 y la autopista Rosario-Buenos Aires, en la provincia de Santa Fe (este), donde se congregaron productores con banderas argentinas gremiales, y dos horas más tarde tuvo lugar el acto central con los reclamos.
La asamblea, que fue convocada por la Federación Agraria Argentina (FAA) cuenta con el apoyo de sus pares de la llamada "mesa de enlace", Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la Sociedad Rural Argentina (SRA) y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) y de otras organizaciones gremiales.
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Frente al resto de los convocados, Sarnari destacó que la asamblea se hace “después de haber estado mucho tiempo sentados en las mesas dialogando” con diferentes funcionarios del Gobierno, pero que no hubo respuesta ni ayuda a los productores, sino “anuncios” y “títulos de diarios y de televisión”.
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Medidas urgentes
La abogada pidió "medidas urgentes y estructurales" para el sector y que los recursos públicos que aporta el sector vuelvan en forma de escuelas, caminos y seguridad en los pueblos, para que los jóvenes se arraiguen y no se vayan de Argentina, en tanto otros productores se sumaron para solicitar créditos a tasas blandas.
La gremialista detalló que el sector se está “ahogando con la presión fiscal”, que también está “sufriendo la inflación” (98,8 % en enero pasado), se preguntó “cómo hace un productor” para comprar insumos a un dólar a 400 pesos argentinos y a vender a 180 pesos argentinos (por la diferencia entre el tipo de cambio paralelo y el oficial) y que están desapareciendo productores porque están yendo a pérdida.