"¡No a la ley rusa!", coreaban los participantes en la protesta, algunos de los cuales arrojaron huevos contra la sede del Parlamento, fuertemente custodiada por efectivos de las fuerzas antidisturbios.
Uno de los manifestantes quemó una bandera rusa, sin que interviniera la policía.
La oposición teme de que al aprobarse la ley sobre agentes extranjeros esta sea utilizada al igual que en Rusia, para amordazar y perseguir a la disidencia.
La presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, calificó de "inadmisible" el proyecto de ley, pues "distancia de Europa al país", y adelantó que lo vetará en caso de que sea aprobado.
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Sin embargo, el veto presidencial se supera por mayoría simple en Parlamento y el partido oficialista Sueño Georgiano cuenta con 75 de sus 150 escaños, a los que puede añadir otros nueve, los de sus aliados de Fuerza del Pueblo.
"Los georgianos deben acudir en masa a la sede del Parlamento para protestar e impedir la adopción de esta ley antidemocrática", dijo a la prensa la diputada opositora Anna Natsvlishvili.
El presidente del comité parlamentario de relaciones internacionales, el diputado oficialista Nikoloz Samjaradze, dijo a su vez a EFE que el proyecto busca "aumentar la transparencia e impedir la llegada de financiación desde países hostiles".
"El proyecto no se contradice con los principios europeos. Después de la primera lectura será enviado a la Comisión de Venecia del Consejo de Europa para que emita un dictamen", añadió.
