Así lo indicó este lunes el ministro checo de Transporte, Martin Kupka, en declaraciones al diario digital Novinky, en las que considera demasiado pronto la fecha inicialmente prevista para la entrada en vigor de la normativa, en julio de 2025.
Con nuevos límites máximos para las emisiones de CO2, la Euro 7 se concibió como el último estándar para vehículos que se aplicaría en los últimos diez años del motor de combustión, por lo que posponer su introducción podría retrasar también hasta más allá de 2035 la prohibición de los coches térmicos.
Kupka considera que la Euro 7 sería contraproducente para el medio ambiente y "un obstáculo para la reducción de emisiones, ya que la gente no tendrá dinero para comprarse un auto ecológico más caro y mantendrá el actual, menos ecológico, más tiempo".
"Además será otro golpe al sector de automoción europeo, que pierde competitividad, lo que llevará a reducir la producción, despidos y el colapso de la cadena de proveedores", ahondó.
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El político conservador se reúne hoy en Estrasburgo con varios colegas de la Unión Europea (UE) favorables también a postergar la introducción de las nuevas restricciones, afirma Novinky.
Además de abordar el posible aplazamiento de la nueva norma, en ese encuentro se discutirá "sobre las excepciones para el uso de combustibles sintéticos" en motores de combustión después de 2035, según el rotativo, que cita fuentes del ministerio checo de Transporte.
La Euro 7 incluye un catálogo de multas por emisiones de óxidos de nitrógeno y partículas ultra finas, y también rebaja los límites permitidos de otros contaminantes, como el óxido nitroso.
