Esa exhumación se produce en virtud de la Ley de Memoria Democrática, que dice que se reubicará cualquier resto mortal que ocupe un lugar "preeminente" en el Valle de los Caídos, renombrado ahora Valle de Cuelgamuros, monumento mandado a construir por el dictador Francisco Franco tras la Guerra Civil (1936-1939).
La operación se lleva a cabo con la máxima discreción desde primera hora de la mañana y se centra en la retirada de la lápida de granito de 3.500 kilos que cubre la fosa donde descansan sus restos desde 1959, coincidiendo con la inauguración del recinto ordenado construir por Francisco Franco.
Primo de Rivera fue fusilado en 1936, año en que comenzó la Guerra Civil española, tras ser condenado por conspiración y rebelión militar contra el Gobierno de la Segunda República por un tribunal popular.
Tras la exhumación, que se produce el día en que hubiera cumplido 120 años, sus restos serán trasladados al cementerio madrileño de San Isidro, donde descansan otros familiares, como sus hermanos Miguel y Pilar.
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En el rebautizado Valle de Cuelgamuros se encuentran dos coches fúnebres para el traslado del fundador de la Falange.