"La crisis humanitaria en Sudán ha alcanzado niveles catastróficos. Los protagonistas se han negado a escuchar los llamamientos de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD, bloque de ocho países de África oriental), la UA y la comunidad internacional de un alto al fuego", señaló Ruto en un comunicado.
"En consecuencia, el agua, los alimentos y las medicinas escasean. El número de personas desplazadas sigue creciendo y muchos más están huyendo a los países vecinos", añadió.
Así, el mandatario keniano indicó que es "imperativo" encontrar maneras de llevar apoyo humanitario a los civiles de Sudán "con o sin un alto al fuego".
En la reunión asistieron físicamente el jefe humanitario y coordinador de ayuda para emergencias de la ONU, Martin Griffiths, y el ex primer ministro sudanés Abdalá Hamdok, entre otros.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
También estuvieron presentes de manera virtual la vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohamed; el presidente de la Comisión (secretariado) de la UA, Moussa Faki Mahamat; y el jefe de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi.
Griffiths anunció su llegada a Nairobi esta mañana, un día después de que el secretario general de la ONU, António Guterres, anunciase que su jefe humanitario se desplazaría "inmediatamente a la región" tras un "deterioro rápido" de la crisis humanitaria en Sudán.
"La escala y la rapidez de lo que está pasando no tiene precedentes en Sudán. Estamos extremadamente preocupados por el impacto inmediato y a largo plazo sobre todo el pueblo de Sudán y la región amplia", indicó Guterres este domingo en un comunicado.
Este lunes se han escuchado disparos y explosiones en Jartum y otras regiones de Sudán, escenarios de fuertes combates durante las últimas dos semanas entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), pese a una nueva tregua de 72 horas anunciada por las dos partes con la mediación de Estados Unidos y Arabia Saudí.
Los enfrentamientos estallaron el pasado día 15, en medio de tensiones sobre la reforma del Ejército y la integración de los paramilitares en las fuerzas regulares, en un proceso político para volver a encauzar al país en la senda democrática tras el golpe de Estado de 2021.
La violencia ha provocado que la mayoría de hospitales en las zonas de combates hayan quedado fuera de servicio, una acuciante escasez de productos básicos, el desplazamiento de decenas de miles de personas y, según la ONU, más de 50.000 sudaneses han huido como refugiados los siete países vecinos.
Asimismo, al menos 528 personas han muerto y más de 4.500 han resultado heridas desde el inicio de los combates, según el Ministerio de Salud sudanés.
