Bosques del Amazonas meridional y occidental, en riesgo de morir por sequía

BARCELONA (ESPAÑA). Los bosques del Amazonas meridional y occidental están en riesgo de sufrir embolias y mortalidad por sequía, según un artículo publicado en la revista Nature liderado por la Universidad de Leeds y en el que participó la Universidad Autónoma de Barcelona en España (UAB).

Un árbol de Dinizia excelsa tree, conocido en Brasil como "Angelim vermelho", 
hallado en un bosque del estado de Paru. Mide 88 metros de alto y tiene una circunsferencia de 5,5 metros.
Los bosques del Amazonas meridional y occidental están en riesgo de sufrir embolias y mortalidad por sequía, según un artículo publicado en la revista Nature liderado por la Universidad de Leeds y en el que participó la Universidad Autónoma de Barcelona en España (UAB).RAFAEL ALEIXO

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El artículo revela que la crisis climática está debilitando los bosques del Amazonas occidental y meridional, en zonas como Río Branco (Acre) o Nova Xavantina (Mato Grosso), donde el cambio en el régimen de lluvias y el aumento de temperaturas han llevado a los árboles al límite de su capacidad de adaptación, lo que les podría provocar embolias y la muerte.

“Los bosques occidentales no están tan expuestos a la sequía, pero son más vulnerables”, aseguró Maurizio Mencuccini, investigador, coautor y responsable de la parte fisiológica del estudio.

Por el contrario, aunque las especies arbóreas de las zonas centro-orientales de la selva amazónica no están tan adaptadas a la sequía, el estudio, en el que participaron ochenta científicos de Europa y Sudamérica, no prevé afectaciones en esta región porque, por el momento, la disponibilidad de agua continúa siendo suficiente.

El cambio en la pluviosidad, “provocado por la interrupción del proceso de evapotranspiración -esencial para formar las nubes de lluvia- que deriva de la deforestación y la agricultura y la ganadería intensivas”, reducirá la capacidad de los bosques del Amazonas para almacenar carbono y eliminar CO₂ de la atmósfera.

“Por un lado, cuando los árboles mueren, se descomponen y el carbono que contenían se libera a la atmósfera; por otro lado, si disminuye la masa forestal, habrá menos árboles que capturen CO2″, aclaró Mencuccini.

Los investigadores alertan: “Esto no solo afecta al Amazonas. La humedad que evaporan desde sus bosques viaja en forma de vapor a otras zonas del planeta -se conocen como ríos voladores-, donde se acumula en forma de nubes. Si este ciclo se corta, el patrón de precipitaciones a escala mundial está en riesgo”.

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