Graham Smith compareció hoy ante el Comité de Interior de la Cámara de los Comunes, que investiga el arresto de Smith y de otros cinco integrantes del grupo, incidente que causó una gran controversia porque Republic había avisado a la Policía de que sus miembros iban a manifestarse el día de la coronación y porque no llevaban objetos que pudieran ser utilizados para alterar el acontecimiento.
Según el líder republicano, éste había mantenido reuniones con la Policía en los meses previos a la coronación del monarca, en las que comunicó el número de pancartas que llevaría su grupo el día de la protesta y confirmaba que tendrían megáfonos, así como indicaciones precisas sobre el lugar de la manifestación.
"Les dimos toda la información posible. Es posible que se hayan escapado pequeñas cosas y no se hayan comunicado, pero fueron muy claros con nosotros en cuanto a que no tenían ninguna preocupación sobre las cosas que les habíamos dicho que íbamos a hacer", explicó Smith, e insistió en que no era su intención hacer nada ilegal.
"Las afirmaciones de que (la policía) tenía inteligencia no pueden ser ciertas. O están siendo deshonestos o están cometiendo un error muy grave", señaló el republicano, en referencia a que las fuerzas del orden habían dicho que recibieron datos que indicaban que podían producirse incidentes.
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"No hubo un solo correo electrónico -dijo-, mensaje de texto o conversación, comentario fugaz o cualquier cosa que sugiera que teníamos la intención de hacer algo ilegal o perjudicial".
A primera hora del 6 de mayo, agentes de la Met detuvieron a seis republicanos en virtud de una controvertida ley de Orden Público aprobada a instancias del Gobierno tres días antes, cuyo objetivo es impedir, por ejemplo, que los manifestantes puedan bloquear carreteras o autopistas e impidan el tráfico.
En la misma comisión, un alto oficial de la Policía Metropolitana de Londres (Met, en inglés) negó hoy haber recibido presiones políticas para lidiar con la protesta el día de la coronación.
El subcomisario de la Met, Matt Twist, admitió que la operación de seguridad fue "compleja" y aseguró que la Policía había recibido información de inteligencia fiable de que el día 6 podían producirse algunos incidentes para alterar el evento, por lo que informaron al Ministerio de Interior y la Alcaldía de Londres.
Twist citó la posibilidad de que se pintaran edificios históricos o que se alterase con ruido la procesión del rey Carlos III, que hizo un recorrido en carroza desde el palacio de Buckingham a la Abadía de Westminster, donde tuvo lugar la ceremonia.
