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En un mensaje en nombre de los Veintisiete tras los graves incidentes de la víspera, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, señaló que esperan que todas las partes "actúen con responsabilidad y encuentren una solución política a través del diálogo inmediatamente".
El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores subrayó igualmente la condena en los términos "más enérgicos" del club comunitario a la "impactante" violencia del domingo en la localidad de Zvecan.
"Los actos violentos cometidos contra la misión de la OTAN KFOR, los medios de comunicación, civiles y policías son absolutamente inaceptables", dijo Borrell en su cuenta oficial en Twitter.
La OTAN condenó también anoche "enérgicamente" los ataques "no provocados" y "totalmente inaceptables" contra las tropas aliadas en Kosovo, que causaron al menos 75 heridos, incluidos 25 soldados aliados, de nacionalidad húngara e italiana, y lanzó un llamamiento al cese de las confrontaciones y a la vuelta al diálogo.
La misión de la OTAN recurrió al uso de gases lacrimógenos y bombas aturdidoras para dispersar a los manifestantes, que bloqueaban el acceso al Ayuntamiento de la localidad de Zvecan, donde se registraron los choques más violentos.
Los serbios, mayoría en los municipios en los que se están registrando incidentes pero minoría en Kosovo, no reconocen la autoridad de los alcaldes, pertenecientes a la mayoría albanesa del país.
Los regidores fueron elegidos el pasado abril en unas elecciones que los serbios boicotearon y en las que la participación apenas superó el 3 %.
Kosovo, antigua provincia serbia poblada por una gran mayoría de albaneses, proclamó en 2008 su independencia, que Serbia no reconoce.
Ambos países negocian la normalización de sus relaciones sobre un nuevo plan de la Unión Europea, apoyado por Estados Unidos, en un proceso interrumpido con frecuencia por el estallido de tensiones.