El ministro de Educación, Pap Ndiaye, he pedido a los directores de los 7.000 colegios del país que organicen esas sesiones de una hora para enseñarles cómo las redes sociales puede acentuar los fenómenos de acoso, insistir en la responsabilidad que tienen todos y responder a las dudas que puedan plantear los estudiantes.
En un comunicado publicado hoy, su departamento explicó que la directiva del ministro es que se prepare con los equipos educativos que podrán utilizar recursos pedagógicos.
Ndiaye va a reunir el martes por vídeoconferencia a 14.000 directores de centros, a inspectores, a los directores académicos, a los secretarios generales de las academias y a los rectores para recordarles los dispositivos que tienen a su alcance y recoger sus demandas.
El responsable de Educación está sometido a presión tras las denuncias de los padres de Lindsey, una adolescente de 13 años que se suicidó hace un mes cerca de Lille y que acusan a la institución escolar de no haber prestado la suficiente atención a las quejas que habían planteado durante meses por estar acosada.
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La familia ha formalizado denuncias contra el colegio, pero también contra la Academia de Lille de la que depende y contra la Policía por falta de asistencia, pero también contra las redes sociales Facebook e Instagram.
Lindsay había contado en una carta que recibía "insultos de la mañana a la noche", así como amenazas y que se mofaban de ella. La Academia de Lille se ha defendido afirmando que había puesto en marcha una comisión sobre el acoso y había dictado sanciones.
Según el propio Ministerio de Educación, un 10 % de los adolescentes en Francia afirman sufrir acoso escolar, un fenómeno que ocurre sobre todo en las redes sociales.
En su comunicado, ese departamento insiste en que la respuesta al acoso se ha reforzado, pero se enfrenta al hecho de que algunas situaciones no se pueden resolver en el marco escolar.
Por eso al comienzo del curso el ministro impuso el principio de que los alumnos autores de acoso deben cambiar de centro escolar y de que se pueden imponer sanciones disciplinarias contra los que acosan a alumnos en colegios distintos al suyo.
Desde el curso próximo, en cada centro habrá un adulto referente para los problemas de acoso con una remuneración adicional para ocuparse de esa misión.
El ministro también ha dado instrucción a los directores para que comuniquen a la Justicia los "hechos preocupantes" que impliquen fenómenos de acoso.