Según las últimas proyecciones del Cadre Harmonisé (una herramienta impulsada por las Naciones Unidas junto con otros organismos internacionales y organizaciones humanitarias) citadas por el IRC, esa cifra podría aumentar hasta 3,3 millones para el próximo mes de septiembre.
"Hace poco, regresé de Burkina Faso y fui testigo directo de la gravedad de la situación humanitaria", dijo este jueves en un comunicado el vicepresidente del IRC para África occidental, Modou Diaw.
Según la organización, unos 400.000 niños menores de cinco años podrían sufrir desnutrición aguda durante la temporada de escasez (de junio a agosto) de 2023 si no se toman medidas inmediatas.
La organización advirtió de que el plan de respuesta humanitaria para este año en el país está "gravemente infrafinanciado", con los servicios nutricionales habiendo recibido de la comunidad internacional menos del 25 % del dinero necesario.
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La crisis de inseguridad en el país también ha afectado al sistema de salud y educativo, con casi 200 centros sanitarios sin ofrecer servicios a fecha de agosto de 2022 y más de 6.000 colegios cerrados.
Además, 800.000 personas viven en más de veinte localidades bloqueadas por grupos terroristas sin apenas acceso a servicios y productos básicos.
En Burkina Faso, que sufre la amenaza yihadista desde 2015, más de dos millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares y una cuarta parte de la población -más de cinco millones de personas- necesita ayuda humanitaria.
El pasado 1 de junio, el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) advirtió de que, por primera vez, el país encabeza la lista de las crisis de desplazamiento más desatendidas del mundo.
Burkina Faso sufre frecuentes atentados yihadistas desde abril de 2015, perpetrados por grupos ligados tanto a Al Qaeda como al Estado Islámico, sobre todo en el norte de su territorio.
El país encajó dos golpes de Estado en 2022: uno el 24 de enero, dirigido por el teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba, y otro el 30 de septiembre, cometido por el capitán Ibrahim Traoré, quien dirige actualmente el país.
Las dos tomas del poder por los militares tuvieron lugar tras el descontento entre la población y el Ejército por la violencia yihadista.