El Centro Meteorológico Nacional pronosticó en las últimas horas precipitaciones entre moderadas y fuertes en el centro y el este de China y en las provincias nororientales de Heilongjiang, Jilin y Liaoning, que ya sufrieron graves inundaciones a principios de este mes.
El Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales ha advertido de que las lluvias podrían volver a anegar los campos de cereales y de que dificultarán los esfuerzos para salvar los cultivos dañados.
La cartera ha pedido a los departamentos agrícolas que "colaboren estrechamente con los centros meteorológicos locales y se preparen para las fuertes lluvias" y organizado técnicos y otros expertos para "elaborar planes de emergencia y aumentar el suministro de materiales agrícolas".
El Ministerio pidió que se envíen alertas por teléfono móvil, televisión y radio a los ciudadanos que podrían verse afectados y alentó a los gobiernos locales a "proveerse de bombas de agua y combustible", "limpiar los canales de drenaje en las granjas con antelación" y "reforzar los corrales de los animales".
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La necesidad de las preparaciones quedó patente a principios de este mes por las lluvias torrenciales causadas por los tifones Doksuri y Khanun, que dañaron los cultivos de arroz en las citadas provincias de Heilongjiang y Liaoning, grandes productoras del cereal.
La Administración Nacional de Revitalización Rural ha permitido a las autoridades locales "saltarse la burocracia" y dar a los agricultores afectados ayuda para protegerlos de la quiebra, según China Daily.
Para evitar interrupciones en el suministro alimentario del país, el Ministerio ha pedido a las provincias del sur menos afectadas por las inundaciones que aumenten la producción de verduras este invierno utilizando tierras agrícolas no ocupadas y que incrementen el envío de hortalizas al norte para llenar la falta de oferta que podría provocar las fuertes inundaciones.
China cuenta con menos del 9 % de tierra cultivable del planeta pese a que su población representa el 18 % del total mundial.
Precipitaciones de un volumen no visto en 140 años dejaron en las últimas semanas más de 30 fallecidos en Pekín y al menos 29 en la provincia de Hebei, que rodea a la capital.
En 2021 y 2022, los veranos en China ya habían estado marcados por unas precipitaciones de una intensidad inédita en décadas en el centro del país, con más de 300 muertos, y por una persistente sequía en zonas más al sur.
