Ucrania logra en Robotine un avance clave para su objetivo de partir el frente

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Soldados ucranianos sobre un tanque en las inmediaciones de Bajmut, en marzo de este año.
Soldados ucranianos sobre un tanque en las inmediaciones de Bajmut, en marzo de este año.182551+0000 ANATOLII STEPANOV

Ucrania confirmó ayer la liberación total de Robotine, en la provincia de Zaporiyia, lo que según numerosos analistas supone un avance clave para las aspiraciones ucranianas de avanzar hasta el mar de Azov y partir la línea del frente en dos para dejar aisladas a las tropas rusas de ocupación en Crimea y Jersón.

“Estamos relativamente cerca de romper la principal línea de defensa rusa”, dice a Efe en el coronel en la reserva del Ejército ucraniano Serguí Grabski sobre lo que supone este éxito de Kiev.

A diferencia de otros pueblos recuperados con más facilidad en esta contraofensiva, que comenzó a principios de junio, los combates en Robotine duraron unas tres semanas, en las que Rusia utilizó un gran número de tropas para defenderla. A juicio de Grabski, esto muestra su relevancia.

El nuevo objetivo en el punto de mira de Kiev en esa parte del frente, señala el coronel retirado, es el llamado Alto 166.

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Hacerse con su control requerirá a las unidades ucranianas un esfuerzo adicional al tener que abordar este objetivo desde una posición más baja. Tomar el alto, explica Grabski, “es importante para que las tropas ucranianas puedan continuar avanzando”.

Esta colina que debe su nombre a su altitud es el punto más elevado de esta zona de la línea de contacto, lo que daría en lo sucesivo a los ucranianos la misma ventaja de fuego a la que habrán de sobreponerse para conquistarla.

El terreno en esta parte del sureste del país va perdiendo altitud progresivamente a medida que se acerca en dirección suroeste a Tokmak, a menos de 30 kilómetros de Robotine, y después a Melitópol, el mayor centro urbano ocupado por Rusia en la provincia de Zaporiyia.

Ucrania parece querer avanzar hacia Tokmak y Melitópol, por lo que la orografía jugará a su favor si consigue hacerse con la colina de 166 metros.

Nuevos nombres en los partes de guerra

Los dos próximos nombres con que el público habrá de familiarizarse son Novoprokopivka, unos seis kilómetros al sur de Robotine, y Verbove, una veintena de kilómetros al este de la mencionada localidad liberada.

Según explica el coronel en la reserva, fuerzas ucranianas se acercan simultáneamente a esas dos zonas situadas en direcciones distintas, en una muestra más de su estrategia de aplicar presión en puntos distintos de las líneas rusas para obligar al enemigo a dispersar recursos defensivos.

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“La idea es agotar las reservas rusas, porque aunque pueden crear muchas líneas defensivas y diseñar obstáculos como campos de minas y trincheras, sin tropas y sin líneas de suministro y apoyo no serán capaces de defenderlas”, dice Grabski.

De la eficacia con la que Ucrania consiga desgastar a las defensas rusas dependerá el momento de la puesta en liza de los “batallones de tanques” y unidades “mecanizadas” que “por ahora permanecen en la reserva”.

“Estamos hablando de entre cinco y siete brigadas que están preparadas para llevar a cabo estas acciones ofensivas”, dice el exmilitar.

Partir el frente

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El objetivo ucraniano es, en última instancia, partir en dos el frente con un avance terrestre hacia el sur por la provincia de Zaporiyia que corte la continuidad del territorio ocupado por Rusia en el este y el sur de Ucrania.

Esto supondría dejar a las tropas rusas en Crimea y Jersón, al oeste de Zaporiyia, sin más comunicación con el resto de territorios ucranianos controlados por Moscú y con la Federación Rusa que el puente de Kerch que une Crimea con Rusia.

En un artículo para el Centro Europeo de Análisis Políticos (CEPA), el profesor de la Academia Militar de Estados Unidos Jan Kallberg afirmaba que Ucrania no necesita llegar físicamente hasta el mar de Azov para conseguirlo.

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Según el analista, a Kiev le bastaría avanzar unas 10 millas (16 kilómetros) más para tener bajo su fuego la ruta terrestre que utiliza Rusia para hacer llegar suministros a Crimea y Jersón.

Grabski cree que Ucrania está en condiciones de ser más ambiciosa. “Control de fuego no significa control total”, afirma, y añade que “es importante cortar físicamente todas las líneas de comunicación”. “Nuestro objetivo es llegar a la costa del Mar de Azov”, concluye.