"Me asusté cuando descubrí que el ministro de Justicia afirmó que podría ser enviado a la cárcel y mi familia también se asustó, así que nos refugiamos en la embajada" estadounidense, dijo el antiguo fiscal, Imran Ahmed Bhuiyan, a EFE.
El temor a una acción de las fuerzas de seguridad, y las amenazas recibidas durante la última semana a través de las redes sociales, hicieron huir a Bhuiyan, quien afirmó haber retornado a su hogar "después de que la Policía me haya asegurado que se ocuparán de mi seguridad".
La Policía bangladesí había negado a EFE cualquier intento de arrestarlo.
"No intentamos arrestarlo porque no hay ningún caso ni orden judicial contra él", dijo el subcomisario de la división Gulshan de la policía metropolitana de Dacca, Md. Shahidullah.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Contactada por EFE, la embajada estadounidense señaló a través de su portavoz, Bryan Schiller, que no disponía de "ninguna información que ofrecer" sobre la situación del exfiscal.
Bhuiyan fue despedido el pasado jueves por el Gobierno de Bangladesh, citando razones de "interés público", después de que afirmase que se había negado a firmar un documento condenando una carta escrita por 176 líderes mundiales donde pedían al Gobierno poner fin a la persecución judicial contra Yunus.
En su misiva, más de 170 líderes mundiales, entre ellos el expresidente estadounidense Barack Obama y el ex secretario general de la ONU Ban Ki-moon, mostraron en una declaración enviada a la primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, su preocupación por las recientes amenazas a la democracia y el ensañamiento contra Yunus.
Yunus mantiene una relación tensa con las autoridades bangladesíes desde la llegada de Hasina al poder y las ambiciones políticas del banquero.
En los últimos años, Hasina también criticó a Yunus por supuestamente influir en el Banco Mundial para que cancelara la financiación para la construcción de un megaproyecto, una acusación que él negó.
