En su informe mensual sobre el mercado petrolero publicadohoy, la AIE confirmó sus previsiones de un crecimiento de la demanda global este año en 2,2 millones de barriles diarios hasta 101,8 millones, ampliamente por encima del anterior récord de 2019.
De hecho, en junio la demanda mundial ya alcanzó el máximo histórico en un solo mes, de la mano sobre todo de las necesidades de China, que este año aportará un crecimiento de 1,6 millones de barriles diarios (alrededor del 75 % del total), así como de la recuperación del queroseno para aviación y de la industria petroquímica.
La progresión de la demanda se ralentizará el próximo año, con un alza esperada de poco más de 990.000 barriles diarios, hasta un nuevo récord de 102,8 millones y una vez más China será de largo el principal vector, al absorber 640.000 barriles diarios más (casi dos tercios del total).
El vigor de la evolución en China procede en gran medida del sector petroquímico, que a escala mundial va a suponer en torno a la mitad del crecimiento este año y un 62% en 2024.
Los expertos de la AIE explican que, teniendo en cuenta el asentamiento del teletrabajo, sobre todo en países anglófonos como Australia, Estados Unidos, Reino Unido y Canadá donde se ha estimado que hay entre 1,3 y 1,7 días a la semana, eso permite evitar el consumo de unos 800.000 barriles diarios en los desplazamientos en vehículo de casa al trabajo.
Por sí solo, Estados Unidos representa unos 500.000 barriles diarios.
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Recortes de Arabia Saudita y Rusia
El verdadero motivo de preocupación para la AIE está por el lado de la oferta, y en concreto por la decisión de Arabia Saudí y Rusia a comienzos de mes de ampliar el recorte de producción de 1,3 millones de barriles diarios hasta finales de año, lo que conduce a "un déficit sustancial".
Al final, el bloque formado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) ha recortado sus aportaciones al mercado en 2 millones de barriles diarios entre enero y agosto en razón de los recortes voluntarios de Riad y Moscú, que se han visto sólo en parte compensados por las extracciones adicionales de Irán (unos 600.000 barriles diarios).
Si en agosto, la OPEP+ estuvo sacando al mercado casi 51 millones de barriles diarios al mercado, la AIE estima que podría producir unos 200.000 más gracias a Kazajistán y Nigeria. En el conjunto del año, sus extracciones serían unos 500.000 barriles diarios menos que en 2022.
De esa forma, serán los países productores que no pertenecen a ese cártel los que deben permitir compensar esa evolución negativa y responder al incremento de la demanda, con un incremento de 1,9 millones de barriles adicionales entre enero y agosto, sobre todo por los niveles de extracción récord de Estados Unidos y Brasil.
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La AIE considera que la supresión de los recortes de Arabia Saudí y Rusia a comienzos de 2024 debería dar lugar entonces a un superávit en el mercado, pero en su análisis plantea un cierto grado de incertidumbre, teniendo en cuenta el bajo nivel de las reservas.
La razón es que en agosto se redujeron en 76,3 millones de barriles para quedarse en el nivel más bajo de los últimos 13 meses. En la OCDE, pese al aumento de esas reservas en julio con 26,7 millones de barriles más hasta 2.814 millones, estaban 102,6 millones por debajo de la media de los últimos cinco años.
Ante el riesgo de un incremento de la volatilidad, la AIE afirma que eso “no beneficiaría ni a los productores ni a los consumidores, dada la fragilidad del entorno económico”.