Los países de la cuenca del Nilo inician la segunda ronda de diálogo sobre la presa etíope

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Adís Abeba, 23 sep (EFE).- La segunda ronda de conversaciones entre Egipto, Sudán y Etiopía sobre la polémica presa edificada por el último en el Nilo Azul, que puede afectar al caudal del río, comenzó este sábado en Adís Abeba, anunció el Ministerio de Asuntos Exteriores etíope.

"Etiopía está comprometida a alcanzar una solución amable y negociada a través del proceso trilateral en curso", dijo el Ministerio a través de la red social X (antes Twitter).

A pesar de la declaración de buenas intenciones, el anuncio se produjo dos semanas después de que el Gobierno etíope confirmara la finalización de la cuarta y última fase de llenado de la enorme infraestructura hidroeléctrica.

Ese movimiento llevó a las autoridades egipcias a acusar a Adís Abeba de "violar el acuerdo de principios" firmado en 2015 entre ambas partes y Sudán.

En un comunicado, el Ministerio egipcio de Asuntos Exteriores consideró entonces esta acción de llenado como una medida "unilateral" por parte de Etiopía, así como una "desconsideración hacia los intereses y derechos de los dos países de desembocadura (Egipto y Sudán) y su seguridad hídrica, garantizada por la ley internacional".

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El diálogo entre los tres Estados se reactivó de nuevo a finales de agosto tras un año suspendido por desavenencias.

Al término de la primera ronda de las reuniones celebrada en El Cairo, que no dieron frutos durante años, el Ministerio egipcio de Recursos Hídricos lamentó que no hubiera "cambios tangibles en la posición" etíope.

Etiopía considera que la construcción de la llamada Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD) es vital para su economía, mientras que Egipto y Sudán temen que afecte a los niveles de agua del Nilo en sus respectivos tramos, y han exigido a Adís Abeba que detenga su llenado hasta que se alcance un acuerdo sobre los mecanismos para hacerlo.

Sin embargo, las negociaciones que se han llevado a cabo desde 2015 no han logrado ponerlos de acuerdo, y Egipto y Sudán han acusado al Gobierno etíope de haber llevado a cabo las sucesivas fases del llenado de forma unilateral, sin haber pactado una estrategia para evitar posibles afectaciones en la cantidad de agua que les llega.