No es habitual ver esta ciudad del sur de España, acostumbrada al turismo, blindada ante la presencia de tantos dirigentes, entre ellos, Volodímir Zelenski, el presidente de Ucrania, cuya participación estuvo en el aire hasta el último momento.
Desde primera hora del día algunos curiosos se acercaron a las inmediaciones del Palacio de Congresos, sede de la tercera reunión de la Comunidad Política Europea de este jueves y de la cumbre informal de la Unión Europea del viernes, junto a la histórica Alhambra.
El monumento, un conjunto de antiguos palacios, jardines y fortalezas de época nazarí, es el más visitado de España, con más de 2 millones de turistas al año, y fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1984.
Una de sus singularidades es que ha conseguido sobrevivir a los terremotos durante siglos gracias a que sus muros son de tierra apisonada y las columnas tienen una lámina de plomo que hace que el edificio baile si hay temblores.
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Entre esos muros cenarán hoy los mandatarios europeos y disfrutarán de un espectáculo de flamenco.
Pero no es la primera vez que la Alhambra ha sido escenario de encuentros importantes a nivel internacional.
El 10 de diciembre, Yasir Arafat y Simón Peres reafirmaron allí su compromiso por la paz a tan sólo tres días del Inicio de la aplicación del plan de paz en Palestina.
Más conocida es la visita que el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton hizo al monumento granadino en julio de 1997, y que fue la mejor campaña turística para la ciudad española a cuenta de la frase "el más bello atardecer del mundo", que dicen que el mandatario afirmó al disfrutar de una puesta de sol mirando hacía típico barrio del Albaicín, otras zonas de la ciudad y las majestuosas montañas de Sierra Nevada.
El mayor despliegue de seguridad después de la cumbre de la OTAN
Pero mientras los mandatarios celebran sus reuniones de trabajo, los habitantes de Granada tendrán que acomodarse a restricciones de movilidad, aunque en general consideran una noticia "muy positiva" el hecho de que su ciudad acoja un evento "tan importante".
Más de 5.000 agentes de las fuerzas de seguridad españolas custodian hoy la ciudad cuya conquista por los reyes Católicos en 1492 supuso el fin más de 700 años de la permanencia de los árabes en España.
Este despliegue de seguridad, según el Ministerio español del Interior, supone el mayor realizado en los últimos años, solo superado por la cumbre e la OTAN que se celebró en junio de 2022 en Madrid.
Para los ciudadanos que residen en las calles colindantes al Palacio de Congresos, completamente cercado y cerrado por vallas, furgones de Policía y custodiado por cientos de agentes, también desde las azoteas, estas 48 horas suponen un ejercicio de "paciencia y resignación".
"Tengo que identificarme y me dejan pasar, pero he decidido ir andando a todas partes", señaló a EFE uno de los vecinos.
Tampoco es sencillo para los padres que deben llevar a sus hijos a un colegio cercano, que han tenido que modificar su itinerario habitual por el establecido por el ayuntamiento para estos dos días.
Los desplazamientos fuera de Granada también se han visto afectados. El aeropuerto está cerrado para el tráfico aéreo comercial y hay carreteras cortadas que unen la ciudad con el área metropolitana.
También a los turistas les ha sorprendido esta situación extraordinaria y muchos se han quedado sin poder visitar la Alhambra, que permanece abierta solo para las visitas oficiales.
Un impulso para el sector turístico
Al margen de las incomodidades, las dos cumbres revertirán importantes beneficios para Granada, cuya ocupación hotelera ronda el 80 %, con un completo en los establecimientos de máxima categoría, según informó a EFE el presidente de la Federación de Hostelería y Turismo de la ciudad, Gregorio García.
De hecho, a pesar de las restricciones al tráfico, algunos de los locales más próximos al Palacio de Congresos han experimentado un aumento en el número de clientes.