Los hechos sucedieron en 1974, cuando la víctima, un ciudadano polaco de 38 años, acudió a la embajada polaca en Berlín oriental con una bomba falsa para exigir un salvoconducto que le permitiera viajar al oeste.
Según la fiscalía, las autoridades accedieron aparentemente a sus demandas y unos agentes del Ministerio para la Seguridad del Estado incluso le acompañaron al paso fronterizo de Friedrichstrasse, en el centro de Berlín.
No obstante, el acusado -a la sazón de 31 años y perteneciente a uno de los grupos operativos del Ministerio- había recibido supuestamente instrucciones para "neutralizar" al desertor y, según la fiscalía, así lo hizo, disparándole por la espalda en el momento en el que había traspasado el último control en la frontera.
Según explicó un portavoz de la institución en declaraciones a los medios locales, la identidad del tirador -que hasta entonces había constituido un misterio- fue descubierta por primera vez en un archivo de documentos de la Stasi en 2016.
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Sin embargo, en un primer momento los investigadores partieron de que se trataba de un homicidio, un crimen que habría prescrito.
No obstante, al examinar con más atención los detalles del caso, la fiscalía llegó a la conclusión de que se cumplen los elementos para una condena por asesinato con alevosía, que según el derecho penal de la RDA se podía castigar incluso con la pena de muerte, y bajo la legislación actual, con cadena perpetua.
Si la Audiencia Provincial de Berlín admite a trámite la acusación, el juicio contra el exagente se convertiría en el primero relacionado con la represión en la frontera entre ambas Alemanias desde 2004.
Entre la disolución de la RDA y ese año, se completaron en Berlín 112 procesos judiciales contra 246 personas que llevaron a un total de 132 condenas, de las que la más elevada, de siete años y medio de prisión, fue para el exministro de Defensa Heinz Kessler.
Desde la construcción del muro en 1961, los guardias fronterizos de la RDA tenían órdenes de disparar a matar a quien tratase de huir hacia el oeste. La última víctima de esta medida fue abatida en febrero de 1989.
