“Los trágicos acontecimientos en Israel y Palestina”, aseguró Borrell durante una intervención en el Parlamento Europeo, "nos ofrecen una segunda oportunidad para reafirmarnos como un actor geopolítico”.
El político español, que participó en un debate en el pleno de la Eurocámara sobre geopolítica, había recordado el papel de la UE en la agresión rusa a Ucrania y, más en concreto, el “antes y el después” que supuso que los Estados miembros decidieran sufragar con fondos comunes armas para que Kiev se defendiera de la invasión.
“Entre la Europa que no quería armar a Ucrania y la que decide hacerlo, hay un salto cualitativo”, comentó.
El actual conflicto entre Israel y Hamás puede suponer la oportunidad, dijo, de que la UE impulse un proceso que “intente poner fin a esta violencia” que “explota de cuando en cuando”.
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“Y hemos de desarrollar una cultura política que nos permita ser esa potencia geopolítica, una cultura política que nos haga entender que vivimos en un mundo mucho más conflictivo y peligroso”, argumentó.
Como ejemplo citó que la UE se encuentra en “una situación mucho más comprometida” después de que el Congreso de Estados Unidos no haya asignado por el momento una nueva partida presupuestaria al apoyo militar a Kiev.
Y alertó de los conflictos congelados: “Los ataques terroristas contra Israel demuestran que lo que ha pasado allí es que hemos creído que el problema se resolvía congelándolo”.
En ese contexto, lamentó cómo en otro conflicto “congelado”, el del disputado enclave de Alto Karabaj recientemente controlado por Azerbaiyán, 150.000 armenios hayan tenido que abandonar sus hogares en tres días “ante el silencio de la comunidad internacional, impotente”.
“El uso de la fuerza es el que desgraciadamente está marcando hoy las relaciones internacionales, cada vez más”, resumió.
Ante la “multipolaridad desordenada” a la que se encamina el orden internacional, Borrell consideró esencial que la UE tenga “la capacidad de decidir rápido, más rápido de lo que nos permite la regla de la unanimidad” vigente actualmente en la política exterior comunitaria, que está en manos de los Veintisiete, y “tomar decisiones que comprometan más recursos de los que hoy disponemos”.
“Hay que saber quién puede hablar en nombre de quién y quién puede tomar decisiones en nombre de quién”, apostilló.
En el debate con los eurodiputados, muchos de ellos pidieron que la UE hable con una sola voz y también que se supere la regla de la unanimidad para ganar en agilidad en las decisiones de política exterior.
Además, varios criticaron el viaje de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a Israel para apoyar al país tras los atentados de Hamás, en el que no aludió en cambio a la necesidad de que la respuesta israelí sea acorde con el derecho internacional.
La liberal francesa Nathalie Loiseau, presidenta de la Subcomisión de Defensa del Parlamento Europeo, aseguró que “la Comisión ha perdido la brújula” en la cuestión israelo-palestina.
“La señora Von der Leyen visitó Israel sin mandato, en un papel que no le corresponde”, indicó, y recordó asimismo la declaración tras los atentados de Hamás del comisario europeo de Vecindad y Ampliación, Oliver Varhelyi, en la que “intentó suspender la ayuda a los palestinos”.
“No tiene poder para hacerlo (…) Uno se pregunta por qué sigue siendo comisario”, agregó Loiseau sobre el comisario húngaro.
Por su parte, el socialista Nacho Sánchez Amor habló de que el “hiperactivismo mal dirigido” de Von der Leyen está poniendo en una “situación incómoda” a la UE.
Se preguntó “bajo qué mandato” la política alemana está en comunicación con los países de la región, pidió que “dejen trabajar a Borrell, porque al menos Borrell no está en una campaña personal”, y que “financiemos adecuadamente al Servicio Europeo de Acción Exterior”.