En los diez primeros meses de este año un total de 60.500 personas han pedido asilo en Croacia, cinco veces más que el año pasado, cuando el país balcánico todavía no formaba parte del área Schengen de libre circulación europea.
El ministro del Interior croata, Davor Bozinovic, aclaró que sólo 1.400 personas presentaron una solicitud formal de asilo, y que el 97 % de migrantes abandonan el país antes de recibir una respuesta.
“Esa gente trata de llegar a su destino final, que son los países de Europa occidental”, explicó.
Croacia es parte de la ruta de los Balcanes que migrantes y refugiados que huyen de la guerra y la miseria en países de Asia y África emplean para llegar a los países más ricos de Europa.
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Bozinovic rechazó como populistas e innecesarias las recientes demandas de la oposición conservadora de enviar el Ejército a vigilar las fronteras o levantar vallas.
Un alcalde derechista de Sinj, cerca de la frontera con Bosnia-Herzegovina, anunció a fines de octubre la formación de “patrullas campesinas” para prevenir cruces ilegales de la frontera, una acción que el Gobierno central advirtió que sería ilegal.
