La delegación brasileña a la cumbre climática que será realizada en Dubái entre los próximos 30 de noviembre y 12 de diciembre tendrá en total unos 2.400 miembros, de los cuales unos 300 serán representantes del Gobierno.
El resto estará constituido por representantes de la sociedad civil, empresarios, académicos y organizaciones ecologistas.
El secretario del departamento de Clima y Medio Ambiente de la cancillería, André Correa, dijo en una rueda de prensa que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva participará en las sesiones del 1 y el 2 de diciembre, para las que son esperados unos 140 jefes de Estado y de Gobierno.
La delegación también incluirá a una decena de ministros, que participarán en diversos eventos y debates que se celebrarán en el marco de la nueva Cumbre de Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP28).
La secretaria nacional de Cambio Climático, Ana Toni, aseguró en la misma rueda de prensa que el Gobierno brasileño podrá mostrar en la COP28 "todo lo que ha hecho bien en los últimos meses", desde que Lula asumió el Gobierno, el pasado 1 de enero.
Destacó sobre todo la reducción de las tasas de deforestación ilegal en la Amazonía, que según datos oficiales cayeron un 49 % en los primeros nueve meses de este año, lo cual revirtió la tendencia alcista registrada durante la gestión del expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022), líder de una negacionista ultraderecha.
Toni señaló además que Brasil mantiene ahora una "permanente revisión de sus estrategias de mitigación" de sus emisiones de gases contaminantes y que las autoridades nacionales son "muy conscientes de la vulnerabilidad" del propio país frente a la crisis climática.
Citó en ese sentido la intensa sequía que sufre la Amazonía, las fuertes lluvias en el sur y la intensa ola de calor que durante las últimas semanas se registró en casi todo el país, todo atribuido a los efectos del cambio climático y a la influencia del fenómeno de El Niño.
Según fuentes oficiales, uno de los objetivos de Brasil en la COP28 será allanar el camino para mejorar los compromisos globales contra el cambio climático durante la COP30, que será celebrada en 2025 en la ciudad brasileña de Belem, situada en plena Amazonía.