El portavoz del organismo, Naken Thongpraiwan, apuntó en un comunicado que el Instituto Galya Rajanagarindra, donde se encuentra internado el asaltante de 14 años, aún valora los informes y todavía no ha enviado sus conclusiones.
Por lo tanto, la fiscalía rechazó el jueves el informe policial del caso a la espera de que se finalice la evaluación psiquiátrica del menor.
"Los investigadores policiales tienen que esperar hasta que los médicos (que tratan al sospechoso) concluyan que está mentalmente sano para ser juzgado", subraya el comunicado emitido la tarde del viernes.
El pasado 3 de octubre, el menor disparó de manera indiscriminada contra las personas que se encontraban en el centro comercial Siam Paragon, en el centro de Bangkok y uno de los más populares de la metrópoli, provocando la muerte de tres personas e hiriendo a otras cuatro.
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La investigación policial determinó que el adolescente usó durante su asalto una pistola de fogueo modificada para disparar munición real.
El periodo máximo de prisión provisional para el menor termina el 31 de diciembre, pero las autoridades ya indicaron que solicitarán a sus padres ampliar el tiempo mientras se realizan las evaluaciones psiquiátricas, aunque también podría ser ampliado de manera unilateral por los médicos.
La policía señaló previamente que pretende presentar cinco cargos contra el sospechoso: asesinato premeditado, intento de asesinato, disparar en un lugar público, posesión de armas de fuego no autorizadas y portar armas de fuego en público sin permiso.
Este incidente armado volvió a poner sobre la mesa el debate sobre aplicar un mayor control de armas en Tailandia, donde en 2022 y 2020 se registraron dos cruentas matanzas en las que se usaron armas.
Según datos de Small Arms Survey, Tailandia cuenta con unos 10,34 millones de armas, unas 15,14 por cada 100 civiles, el mayor ratio en el Sudeste Asiático y uno de los mayores en Asia.
Además, un total de 4,1 millones de armas no tienen licencia o no están registradas legalmente en Tailandia.