“Estados Unidos reitera sus compromisos de larga data para permitir que Taiwán mantenga una capacidad de autodefensa suficiente. Como saben, estamos aprovechando todo el rango de herramientas autorizadas por el Congreso y continuaremos haciéndolo”, aseveró la diplomática en un coloquio con periodistas en Taipéi.
Rosenberg, que preside la embajada “de facto” en la isla -aunque la entidad tiene su sede en el estado de Virginia- desde el pasado 20 de marzo, fue una de las integrantes de la delegación estadounidense que visitó Taiwán tras las elecciones presidenciales y legislativas del sábado pasado.
La presidenta del AIT acompañó al exasesor de Seguridad Nacional Stephen Hadley y al exsubsecretario de Estado James Steinberg, quienes abandonaron Taiwán esta mañana tras reunirse en la víspera con el presidente electo, William Lai (Lai Ching-te), con la actual mandataria, Tsai Ing-wen, y con los candidatos de la oposición, Hou Yu-ih y Ko Wen-je, entre otras figuras políticas de la isla.
En su intervención ante la prensa, Rosenberg subrayó el compromiso de Estados Unidos con “mantener una relación no oficial sólida con Taiwán que defienda los valores democráticos, profundice los vínculos económicos y apoye la participación significativa de Taiwán en la comunidad internacional”.
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“Seguimos comprometidos con nuestra política de ‘una sola China’ guiada por la Ley de Relaciones con Taiwán, los tres comunicados conjuntos y las seis garantías. Durante más de 40 años, este marco ha permitido el mantenimiento de la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán”, señaló la presidenta del AIT.
“La expectativa clara y de largo plazo de Estados Unidos sigue siendo la resolución pacífica de las diferencias entre ambos lados del estrecho, libre de coerción. Nos oponemos a cambios unilaterales del status quo; no apoyamos la independencia de Taiwán; y apoyamos el diálogo a través del estrecho”, agregó Rosenberg.
La visita de esta delegación estadounidense provocó resquemor en Pekín, que condenó cualquier intento de intervenir en los “asuntos internos” de la isla.
La portavoz de la Cancillería china Mao Ning aseguró este lunes en una rueda de prensa que Pekín “se opone firmemente a cualquier tipo de contacto oficial entre Estados Unidos y Taiwán”, así como a “cualquier injerencia estadounidense” en los asuntos de la isla.
Taiwán es uno de los principales puntos de fricción entre Pekín y Washington, ya que EE.UU. es el principal proveedor de armas de la isla y se da por hecho que la defendería en caso de conflicto con China, una posición conocida como “ambigüedad estratégica”.
La isla, gobernada de forma autónoma desde 1949, celebró este sábado sus octavas elecciones presidenciales con voto directo de la población, en las que Lai, el candidato más proclive a alejarse del continente, cosechó un 40 % de los sufragios.
