El primer ataque se produjo de madrugada, cuando tropas israelíes atacaron un vehículo cerca del campamento de refugiados de Balata, al este de la ciudad palestina de Nablus, y acabaron con la vida de tres personas, según confirmaron fuentes de seguridad locales a la agencia de noticias palestina Wafa.
Entre ellos, el Ejército confirmó haber matado a Amed Abu Shalal, a quien considera el jefe de las milicias locales en Balata. Según un portavoz militar, Shalal iba a perpetrar "un ataque inminente" contra soldados y tenía un historial de "ataques terroristas" previos.
Mientras su vehículo ardía, el Ejército lo rodeo con jeeps militares e "impidió al equipo médico administrar ayuda, llegando a disparar" contra la ambulancia de la Media Luna Roja palestina, según informó Wafa.
Horas más tarde, tras varias horas de incursión militar en el campamento de refugiados de Tulkarem, en Cisjordania, otros cinco palestinos murieron en un ataque con un dron militar, informaron fuentes médicas locales.
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Ya en noviembre, al menos cinco palestinos perdieron la vida en otro ataque con dron en Tulkarem, y en diciembre, otros seis fueron asesinados en Yenín, norte de Cisjordania y donde se concentra la mayor presencia de milicias palestinas.
Desde 2023 los ataques con drones han resurgido, ya que Israel no recurría a esta práctica militar desde la Segunda Intifada (2000-2005), y ahora parece que la ha retomado, sobre todo en campos de refugiados, con calles estrechas y alta densidad de demográfica.
Dentro del enclave de Gaza, al menos 163 palestinos fallecieron en las últimas 24 horas, según datos del ministerio de sanidad gazatí, controlado por Hamás, lo que aumenta el número de muertos a 24.448 en 103 días de guerra.
Los heridos ya superan los 61.500, entre ellos muchas mujeres y niños menores de 12 años, que afrontan un sistema de salud destrozado, en el que resulta casi imposible conseguir anestesia o gasolina para hacer uso de generadores.
Cirujanos como Aldo Rodríguez, de nacionalidad mexicana y trabajador de Médicos Sin Fronteras (MSF), dice realizar entre 20 y 25 operaciones diarias, la mayoría a niños que estaban jugando antes de los bombardeos.
“Tuve pacientes muy jóvenes que eran los únicos supervivientes de su familia y llegaban solos al hospital”, aseguró hoy en un comunicado Rodríguez, quien trabajó primero en el hospital Nasser, en la urbe sureña de Jan Yunis, y luego en Al Aqsa, en la zona central de la Franja; ambos centros hoy al borde del colapso.
Por su parte, Israel anunció este miércoles la muerte de tres soldados, lo que aumenta el número oficial de bajas en sus filas, desde que iniciara la operación terrestre en la Franja, a un total de 193 militares.
"Zechariah Haber y Yair Katz murieron luchando en el norte de Gaza el martes", anunció un portavoz del Ejército, que añadió que otros dos soldados resultaron heridos ese mismo día. El tercero, identificado como Oriya Goshen y originario de Jerusalén, murió combatiendo en el sur del enclave, donde el Ejército lleva a cabo en estos momentos su ofensiva.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró hoy que Israel no detendrá la guerra hasta "la victoria total".
"La guerra continúa y continuará hasta el final, hasta que logremos todos nuestros objetivos: devolver a los rehenes, eliminar a Hamás y garantizar que Gaza nunca más constituya una amenaza para Israel", digo Netanyahu durante una visita a la base aérea de Nevatim, en el sur de Israel.