Un cable que colgaba en un tramo de vía de la prefectura de Saitama, al norte de la capital nipona, llevó al shinkansen a quedarse sin energía y a detenerse entre dos estaciones el día anterior.
El tren bala fue retirado del raíl y las líneas afectadas -Tohoku, que conecta la capital con Sendai; Joetsu, que une la capital con Niigata; y Hokuriku, entre las estaciones de Tokio y Nagano- ya operan con normalidad, tras interrupciones generales en el servicio y un total de 280 cancelaciones.
El incidente afectó a unas 120.000 personas y los andenes de varias estaciones tokiotas se llenaron de oficinistas y turistas que esperaban a que se reanudaran operaciones de un servicio que usan a diario millares de personas.
